- Editorial del presidente ejecutivo de Sogama, Javier Domínguez Lino, correspondiente a la Newsletter corporativa del presente mes de octubre.
Después de un largo período marcado por la pandemia de la COVID-19 y un verano de luces y sombras para diferentes sectores, en Sogama nos adentramos de lleno en un nuevo curso 2021-2022, que resultará clave para la gestión circular de la materia orgánica producida por los más de 2.240.000 ciudadanos que habitan en los 295 ayuntamientos adscritos al sistema impulsado por la Xunta de Galicia a través de esta empresa pública.
En el intervalo 2020-2021, hemos puesto los cimientos de la futura red de infraestructuras industriales, ayudando así a los ayuntamientos, sobre los que recae la gestión sostenible de los desechos urbanos por ser una competencia local, a que tengan acceso a la valorización de la materia orgánica y puedan materializarla antes del 31 de diciembre de 2023, plazo establecido por la normativa vigente.
A la planta de biorresiduos que opera en Cerceda (A Coruña), se sumarán tres más (Cervo, en la provincia de Lugo; Vilanova de Arousa, en la de Pontevedra; y Verín, en la provincia de Ourense). Y estamos ya en proceso de adaptación de 13 plantas de transferencia a las que dotaremos de una tolva específica para el trasvase de la materia orgánica recogida de forma separada a través del quinto contenedor, de color marrón, facilitando así su transporte a la planta de compostaje más próxima.
Se trata de una verdadera revolución de los residuos, que, unida al fomento del compostaje doméstico, con más de 17.000 compostadores repartidos gratuitamente por Sogama, hará posible que el reciclaje de la materia orgánica avance con paso firme en nuestra comunidad y que los ayuntamientos cumplan con sus obligaciones legales.
Nuestro objetivo es que la infraestructura industrial dependiente de Sogama para la valorización de la materia orgánica sea una realidad en el último trimestre de 2022.
En estrecha coordinación con la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, así como con los concellos, impulsaremos nuevas campañas informativas y formativas para que la segregación de los restos orgánicos en origen sea realmente buena, ya que, de la colaboración de las familias dependerá en buena medida la calidad del compost final obtenido en planta, que en todo caso debe reunir los requisitos técnicos exigidos para ser aplicado en la agricultura y la jardinería con absolutas garantías y sin restricciones.
No obstante, y dada la cada vez mayor concienciación ambiental de la población gallega, confiamos en que la aportación al reciclaje, en todas sus vertientes, siga creciendo, tal y como lo ha hecho en los dos últimos años a pesar de la crisis sanitaria.
Presidente
Javier Domínguez Lino