- De acuerdo con un nuevo informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), los teléfonos inteligentes, televisores, lavadoras o aspiradoras se usan en promedio por períodos más cortos que los tiempos de vida para los que fueron diseñados.
Cerceda, a 1 de julio de 2020.- Cada ciudadano de la UE consume, como media, más de 18 kilos de productos eléctricos y electrónicos cada año.
Retrasar la obsolescencia de la electrónica puede reducir significativamente sus impactos ambientales y climáticos y contribuir al cumplimiento de los objetivos ambientales y de economía circular de la Unión Europea.
De acuerdo con el informe de la AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente) «El consumo de Europa en una economía circular: los beneficios de una electrónica de mayor duración», los casos de estudio en teléfonos inteligentes, televisores, lavadoras y aspiradoras muestran que todos estos dispositivos tienen vidas medias reales que son, al menos, 2 ó 3 años más cortas que las diseñadas o deseadas. Esto indica que existe un potencial significativo para aumentar la vida útil de estos artículos.
Para mejorar la ‘circularidad’ de los productos electrónicos, el informe destaca la necesidad de fortalecer los requisitos de diseño ecológico de los mismos y optimizar sus potenciales de reparación, eliminación y remanufacturación.
Otras medidas incluyen un mayor uso de la etiqueta energética de la UE, el desarrollo de la contratación pública ecológica y la extensión de la responsabilidad del productor al final de la vida útil de los productos.
Fuente: Residuos Profesional
Imagen: Pixabay