- Confundir el contenedor amarillo con “el de los plásticos”, lavar los envases o no plegar las cajas antes de tirarlas en el contenedor azul, son algunos de los errores que muchos ciudadanos aún cometen a la hora de separar sus residuos. Ecoembes explica los más comunes
Cerceda, a 21 de diciembre de 2023.- Si bien cada vez son más los ciudadanos que colaboran en el sistema de recogida selectiva de envases, todavía siguen persistiendo errores que conviene identificar y resolver. Son los siguientes:
- Confundir el contenedor amarillo con “el de los plásticos”
Según el último estudio de reciclaje de Kantar para Ecoembes, más del 50% de los encuestados identifica los juguetes de plástico con el contenedor amarillo, cuando éste se destina a acoger envases de plástico, latas y briks. Cualquier otro producto que esté hecho de plástico, pero no sea un envase, no va a este contenedor. Los juguetes -si están rotos y no se pueden donar para darles una segunda vida- deben llevarse a un punto limpio.
Algunos envases que también generan dudas y sí van al contenedor amarillo son las bandejas de corcho blanco típicas de la carne, los aerosoles como los del desodorante y los envases de yogur, entre otros.
- Lavar los envases antes de tirarlos al contenedor amarillo (y olvidarse de reciclar los pequeños)
Lavar los envases con agua para dejarlos totalmente limpios antes de tirarlos al contenedor amarillo es un gasto innecesario de este recurso, ya que en las instalaciones recicladoras pasan por numerosos procesos que aseguran que esos envases puedan ser convertidos en nueva materia prima con todos los controles necesarios.
Lo que sí es necesario es que el envase esté vacío, es decir, que consumamos el producto en su totalidad antes de depositarlo en el contenedor correspondiente. Si no podemos consumirlo porque ha caducado, entonces necesitamos vaciarlo.
Además, cuando hablamos de reciclaje, todo gesto (hasta el más pequeño) es importante. Por lo tanto, no se puede olvidar reciclar los envases pequeños como los de yogur o los envoltorios de caramelos. Estos también pueden tener una segunda vida y convertirse en otros nuevos envases o productos.
- No plegar las cajas antes de depositarlas en el contenedor azul
Si no se pliegan previamente, ocuparán mucho espacio. Esto supone que los contenedores se llenen muy rápido y que otros ciudadanos no puedan tirar otras cajas o papel en ellos. Además, la mayoría del espacio estará ocupado por air, y el proceso será menos eficiente, ya que el camión trasladará ese aire a una planta de reciclaje, en lugar de todas las cajas que podrían haber entrado en él si las hubiésemos plegado previamente.
- Creer que “no pasa nada” por no reciclar
El reciclaje de envases es el resultado de pequeñas acciones individuales que, sumadas, tienen un peso muy importante. De hecho, solo en 2022 se reciclaron más de 1,6 millones de toneladas de envases de plástico, latas y briks, y papel y cartón, siendo el año en que más envases se reciclaron. Esto es posible gracias a que cada vez la sociedad española está más comprometida con el cuidado del medio ambiente y confía en acciones como el reciclaje para contribuir a ello.
- Pensar que con reciclar es suficiente
Aunque el reciclaje es un gesto imprescindible para el cuidado del medio ambiente, hay otras dos erres que no se deben olvidar: reducir y reutilizar. Por ejemplo, priorizar la compra a granel siempre que sea posible, optar por productos de KM 0 o reutilizar la decoración navideña de otros años.
Fuente e imagen: Ecoembes