- Las solicitudes han sido múltiples y los educadores al servicio de esta Sociedad pública, pertenecientes a la firma Applus, han desarrollado una intensa e inmejorable labor pedagógica, que prosigue con el mismo ritmo este mes de noviembre.
- Las sesiones fueron adaptadas al perfil de los destinatarios, procurando en todo momento dar respuesta a sus necesidades y expectativas.
- El consumo responsable, la menor producción de residuos, la reutilización y la colaboración en el reciclaje centraron en gran medida las jornadas, que en algunos casos fueron complementadas con temáticas tales como el desperdicio alimentario, la contaminación por plásticos y el compostaje.
Cerceda, a 7 de noviembre de 2019.- Más de un millar de personas, entre escolares, jóvenes y adultos, fueron formadas por Sogama el pasado mes de octubre, coincidiendo con el arranque del nuevo curso. Las solicitudes han sido múltiples y los educadores al servicio de esta Sociedad pública, pertenecientes a la compañía Applus, han desarrollado una intensa e inmejorable labor pedagógica, que prosigue con el mismo ritmo este mes de noviembre.
En el caso de escolares, tanto de Primaria como de Secundaria y Formación Profesional, las sesiones fueron adaptadas al perfil de los destinatarios, procurando en todo momento dar respuesta a sus necesidades y expectativas.
No obstante, se abordaron temáticas comunes tales como la problemática que trae consigo la elevada producción de residuos y la jerarquía de gestión y tratamiento que promulga la Unión Europea, que debe comenzar por la prevención, seguir con la preparación para la reutilización y culminar con el reciclaje, complementando estas fases previsa con la valorización material y/o energética. El vertido queda relegado a la última opción por su negativo impacto sobre el entorno y la salud.
BUENAS PRÁCTICAS Y RESPONSABILIDAD
En este marco, se prestó atención a las buenas prácticas vinculadas al consumo responsable, consciente e informado, así como a la disminución del desperdicio alimentario, ya que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano acaban desechados. En unos casos, por un consumismo exacerbado y, en otros, por problemas de conservación, transporte, logística y almacenamiento, más habitual en los países en vías de desarrollo.
Si bien la pérdida de alimentos tiene lugar en todos los eslabones de la cadena, lo cierto es que el hogar, con un 42%, es el ámbito que más contribuye a este fenómeno, siendo el pan, las verduras, las hortalizas y las frutas los productos que con más frecuencia acaban en el cubo de la basura.
Asimismo, los monitores pusieron el foco de atención sobre la cantidad de recursos que se pierden cuando se desecha un alimento. es el caso de la tierra, el agua, la energía y el combustible, además del propio trabajo de los campesinos.
Valorar la comida que cada día nos sustenta constituye un paso fundamental para actuar en consecuencia y con responsabilidad.
También se habló de la contaminación plástica y su afección al medio marino, toda vez que el 80% de los desechos plásticos que acaban en los océanos provienen de tierra.
Se llamó la atención sobre la incidencia que éstos tienen sobre los ecosistemas, ya que viajan arrastrados por las corrientes marinas llevando consigo especies invasoras,;sobre la fauna, que los ingiere al confundirlos con alimento,;sobre la pesca, el turismo y, por supuesto, sobre la alimentación humana, ya que los microplásticos están presentes en los productos marinos que forman parte de nuestra dieta.
Igualmente, se explicó la actividad de Sogama y su firme apuesta por el reciclaje y el compostaje, convirtiendo en electricidad la parte que no puede ser recuperada previamente por otras vías.
FORMACIÓN CONTINUA
El trabajo formativo continúa y la satisfacción de Sogama es máxima al comprobar la excelente acogida de sus sesiones y jornadas, así como la alta valoración que reciben los profesionales que desempeñan las tareas de educación ambiental.
Saludos, Departamento de Comunicación