- El Carnaval de Galicia es una de las celebraciones con mayor arraigo popular en la que los roles se invierten y se impone la máxima de reírse de todo y con todos.
- Desfiles de comparsas, suculentos cocidos gallegos, filloas, postres imposibles, constituyen un conglomerado de acciones cuya huella ambiental es posible reducir.
- Muy fácil: disfraces elaborados con materiales de desecho, buen uso de las papeleras y contenedores de recogida selectiva, confeti biodegradable a partir de hojas de árboles y otras plantas, productos reutilizables y menos desperdicio alimentario.
Cerceda, a 21 de febrero de 2020.- Llega de nuevo el esperado Carnaval en Galicia, una de las celebraciones con mayor arraigo popular en la que los roles se invierten y se impone la máxima de reírse de todo y con todos.
Además de los desfiles de comparsas, si hay algo característico de nuestro Carnaval es el suculento banquete gastronómico en el que prima el buen cocido gallego, un verdadero homenaje a los productos locales, las maravillosas filloas, las “orejas” y un sinfín de postres ante los que es imposible no sucumbir.
En nuestra tierra, ya son varias la Fiestas de Carnaval que han sido declaradas de Interés Turístico, incluso a nivel internacional y nacional, y que atraen a turistas y curiosos de distintos puntos del mundo.
Todo este conglomerado de celebraciones deja una huella ambiental que es posible minimizar con sencillos gestos:
- Disfraces con materiales de desecho. No hace falta gastar ingentes cantidades de dinero en comprar las últimas tendencias. Lo que debe primar es la originalidad y la creatividad. Se pueden elaborar magníficos disfraces a partir de artículo fuera de uso, ropa vieja, etc.
- Desfiles sostenibles: nada al suelo. Es necesario hacer un buen uso de las papeleras, así como de los contenedores de recogida selectiva, y evitar ensuciar las calles. La diversión no está reñida con el reciclaje y la protección ambiental.
- El tradicional confeti, que llena de color las calles, constituye un auténtico quebradero de cabeza para los servicios de limpieza municipales. Confeti biodegradable a partir de hojas de árboles y otras plantas, podría ser una buena opción.
- No dar ni una sola oportunidad a los productos de usar y tirar, y optar por los reutilizables.
- Evitar el desperdicio alimentario y, en caso de sobras, aprovecharlas para elaborar nuevos menús: ¿qué tal unas croquetas con carne del cocido?
Saludos, Departamento de Comunicación