- Tras el impacto del COVID-19 en el sector industrial, SIGAUS ha multiplicado por 6 la financiación aportada a las empresas de recogida de este residuo peligroso, que el pasado año prestaron servicio a 5.400 establecimientos.
- Adicionalmente, este SIG ha agilizado los plazos de pago a estas entidades (de 60 a 30 días) con el fin de inyectar liquidez en el sector.
- Gracias a la regeneración de este aceite usado, en 2019 fue posible retornar al mercado en Galicia un total de 1.643 t de nuevos lubricantes, un proceso que que aporta importantes beneficios en la lucha contra el cambio climático y que, en el caso de esta comunidad, supuso evitar la emisión a la atmósfera de un total de 1.751 toneladas de CO2.
Cerceda, a 1 de septiembre de 2020.- La crisis del Covid-19 ha supuesto para el sector de los aceites industriales una convulsión sin precedentes. La ralentización de la actividad industrial y la paralización de la automoción han provocado una caída de las ventas de lubricantes de cerca del 40% entre los meses de marzo y mayo. En el mismo sentido, el tejido empresarial dedicado a la gestión de este residuo ha sufrido un desplome de actividad que podría comprometer su viabilidad.
Ante esta situación, SIGAUS, el sistema integrado de gestión de aceites usados, ha reaccionado multiplicando por 6 la financiación aportada a estas empresas, que en 2019 recogieron 8.905 t de aceites usados en Galicia y prestaron servicio a 5.400 establecimientos que generaron este residuo.
Conocedores de la importancia de este momento de ‘reconstrucción’ y del papel impulsor que la Economía Circular debe jugar en la misma, SIGAUS ha incrementado de forma notable la financiación de la recogida del aceite usado para contribuir a la supervivencia del sector gestor y garantizar que este desecho peligroso se siga recogiendo y tratando.
APOYANDO LA CADENA DE GESTIÓN
El residuo que generan los aceites lubricantes procedentes de los motores de los vehículos y la maquinaria industrial contiene sustancias tóxicas y metales pesados que lo convierten en un potente enemigo para el medio ambiente. Desde 2007 el sistema SIGAUS se encarga de su recogida y correcta gestión en toda España, gracias a una red de casi 200 instalaciones gestoras, 12 de ellas ubicadas en Galicia.
Se trata, en muchos casos, de pequeñas empresas de carácter local que este año han visto amenazada su subsistencia debido a la pandemia. La modificación total del modelo de financiación aplicado por SIGAUS estará vigente hasta finales de año, con independencia de la cantidad o del lugar donde se produzca el residuo. Así, el SIG está abonando desde el mes de abril una cantidad fija mensual a cada una de estas entidades conforme, en función a la actividad realizada el año pasado, proporcionando una línea estable de ingresos desvinculada de la precaria situación de 2020. El cambio puede llegar a suponer (tomando como referencia la actividad real registrada en el mes de abril) un incremento en la cantidad percibida por tonelada recogida cercano a 6 veces la cantidad percibida en 2019. Adicionalmente, se han agilizado los plazos de pago a estas empresas (de 60 a 30 días) con el fin de inyectar liquidez en el sector.
PONIENDO EN VALOR
Una vez recogido, el aceite usado se traslada a instalaciones especializadas para su análisis previo y tratamiento final con el objetivo de que pueda ser 100% aprovechado, bien como base lubricante para la fabricación de nuevos aceites (regeneración) o bien como combustible de características similares al fuel óleo (valorización energética).
En el caso de Galicia, el aceite usado finalmente gestionado, una vez retirados los impropios de agua o lodos que puede contener el residuo, fue de 9.235 toneladas (una cifra mayor que la recogida bruta debido a que existía un estocaje previo en las plantas gestoras), de las que un 28% se destinó a regeneración, mientras que el 72% restante se valorizó energéticamente.
Gracias a la regeneración, en 2019 fue posible retornar al mercado en Galicia un total de 1.643 t de nuevos lubricantes. Además de la obtención de estas materias primas (para las que, de no contar con el aceite usado, se hubieran necesitado 772.000 barriles de petróleo), la regeneración es un proceso que aporta importantes beneficios en la lucha contra el cambio climático y que, en el caso de Galicia, supuso evitar la emisión a la atmósfera de un total de 1.751 toneladas de CO2.
Por su parte, el aceite usado valorizado energéticamente con el objetivo de fabricar combustible de uso industrial permitió ahorrar una energía equivalente a 6,1 GWh, y 681.000 barriles de petróleo.
“SOMOS PARTE DE LA RECONSTRUCCIÓN VERDE”
En palabras de Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS, “Somos parte de la reconstrucción verde que toca emprender ahora”, a lo que añadió “Estamos viendo que los programas de reconstrucción económica y social se alinean con los planes de lucha contra la crisis climática y la pérdida global de biodiversidad. Porque todos nos hemos dado cuenta de que no solo está en juego nuestro medio ambiente, sino también nuestra economía, nuestro bienestar… e incluso la salud de la humanidad”.
Fuente e imagen: SIGAUS