- De esta forma se aumentará la comodidad de los consumidores y se reducirá la huella ambiental que supone producir y eliminar cargadores, apoyando así las transiciones ecológica y digital.
- Los europeos gastan aproximadamente 2.400 millones de euros al año en cargadores sueltos y se calcula que los cargadores eliminados y no utilizados representan 11.000 toneladas anuales de residuos electrónicos.
Cerceda, a 24 de septiembre de 2021.- La Comisión Europea dio ayer, 23 de septiembre, un paso importante en la lucha contra los residuos electrónicos y las molestias que los consumidores experimentan debido a la prevalencia de diferencias e incompatibilidades entre los cargadores para dispositivos electrónicos. La Comisión presenta legislación a fin de establecer una solución común de carga para todos los dispositivos pertinentes.
Con la propuesta de revisión de la Directiva sobre equipos radioeléctricos, se armonizarán el puerto de carga y la tecnología de carga rápida: el USB-C se convertirá en el puerto estándar para todos los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces y videoconsolas portátiles. Además, la CE propone la venta por separado de los cargadores y los dispositivos electrónicos, lo que aumentará la comodidad de los consumidores y reducirá la huella ambiental que supone producir y eliminar cargadores, apoyando así las transiciones ecológica y digital.
La Comisión propone lo siguiente:
- Un puerto de carga armonizado para los dispositivos electrónicos: el USB-C será el puerto común, lo que permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con el mismo cargador USB-C, independientemente de la marca del dispositivo.
- La armonización de la tecnología de carga rápida ayudará a evitar que los distintos fabricantes limiten injustificadamente la velocidad de carga y contribuirá a garantizar que la velocidad de ésta sea la misma cuando se utilice un cargador compatible para un dispositivo.
- La venta por separado de los cargadores y los dispositivos electrónicos permitirá a los consumidores adquirir un nuevo dispositivo electrónico sin un cargador nuevo. Con ello se limitará el número de cargadores no deseados adquiridos o sin utilizar. Se calcula que, al reducir el número de cargadores nuevos que se producen y eliminan, la cantidad de residuos electrónicos disminuirá en casi mil toneladas anuales.
- Una mejora de la información dirigida a los consumidores: los fabricantes tendrán que facilitar información pertinente sobre el rendimiento de carga, sobre la potencia requerida por el dispositivo y si admite carga rápida. Esto facilitará que los consumidores comprueben si los cargadores que ya tienen cumplen los requisitos de su nuevo dispositivo o les ayudará a seleccionar un cargador compatible. Junto con las demás medidas, esta acción podría contribuir a que los consumidores limiten el número de nuevos cargadores adquiridos, y les ayudará a ahorrar 250 millones de euros al año en compras innecesarias.
La revisión de la Directiva sobre equipos radioeléctricos forma parte de una acción más amplia de la Comisión para abordar la sostenibilidad de los productos, en particular de los aparatos electrónicos en el mercado de la UE, que será el foco de atención de una futura propuesta sobre productos sostenibles.
MARCO DE REFERENCIA
En 2020, se vendieron aproximadamente 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles en la UE. Por término medio, los consumidores poseen unos tres cargadores de teléfonos móviles, de los cuales utilizan dos de forma regular. A pesar de ello, el 38% afirma haber tenido problemas, al menos una vez, para cargar su teléfono móvil debido a la incompatibilidad de los cargadores disponibles.
La situación no solo causa molestias, sino que también resulta costosa para los ciudadanos, que gastan aproximadamente 2.400 millones de euros al año en cargadores sueltos que no se venden junto con sus dispositivos electrónicos. Además, se calcula que los cargadores eliminados y no utilizados representan 11.000 toneladas anuales de residuos electrónicos.
Fuente e imagen: Comisión Europea