- En el ámbito de los envases, resulta fundamental adoptar un enfoque circular centrado en la reducción, la reutilización y el reciclaje.
- Los envases reutilizables tales como las cajas plásticas, proporcionan un alto grado de protección de los productos, ya que absorben los golpes durante el transporte, mientras que los revestimientos internos (hojas, paja o papel de periódico), reducen los daños por abrasión. Si se conservan adecuadamente, estas cajas pueden utilizarse hasta 10 años.
- Métodos innovadores como el envasado en atmósfera modificada, que mantiene una baja concentración de oxígeno en los alimentos y, por tanto, asegura una vida útil más larga.
- Por su parte, los envases rellenables, como los contenedores de vidrio o de acero inoxidable que se pueden limpiar, ofrecen a los consumidores la posibilidad de comprar alimentos sueltos o a granel.
Cerceda, a 18 de octubre de 2021.- Los envases para alimentos tienen como función mantenerlos frescos, asegurar su inocuidad y prolongar su vida útil, reduciendo con ello la pérdida y el desperdicio.
Es habitual que los envases que están en contacto con los alimentos sean de plástico, un material ligero, flexible y comparativamente más económico. Aunque algunos plásticos son fáciles de reutilizar y reciclar, los que no lo son ocasionan un negativo impacto en el entorno.
Asimismo, la pérdida y el desperdicio alimentario también tiene una enorme carga ambiental porque, no solo se pierde el producto en sí, sino también todos los recursos que se han invertido en su cultivo y producción, esto es, el agua, la tierra, la energía y otros.
En el ámbito de los envases, resulta fundamental adoptar un enfoque circular, centrado en la máxima reducción, la reutilización y el reciclaje a fin de mejorar la protección del medio ambiente y de la propia economía.
La FAO propone tres soluciones de envasado sostenible:
1) Envases reutilizables
En el caso de las frutas y hortalizas, las pérdidas durante el transporte se suelen originar por la compresión y la abrasión, comprometiendo de esta forma la calidad y el valor económico de los productos frescos.
Las cajas de plástico proporcionan un grado mucho mayor de protección, ya que absorben los golpes durante el transporte, mientras que la utilización de revestimientos internos tales como hojas, paja o papel de periódico, reducen los daños por abrasión.
Después de su uso, las cajas de plástico vuelven al lugar de la cosecha, se limpian y se reutilizan en cosechas posteriores. Si se conservan adecuadamente, estas cajas pueden utilizarse hasta 10 años, lo que significa que su huella de carbono es mínima.
2) Opciones de envasado innovadoras
En muchos países, los productos frescos se han vendido siempre en el envase más natural de todos: las hojas. Aunque no resulta suficiente para proteger la fruta durante el transporte, en el comercio al por menor constituyen una buena alternativa al plástico, ya que ayudan a mantener los alimentos en buen estado. En el mundo en desarrollo es común que los productos frescos se dispongan en haces o fajos. Por ejemplo, los espárragos y las hortalizas de hoja se suelen envolver en hojas de banana o de periódico antes de atarlos juntos y venderlos como un fajo.
Otra opción es utilizar métodos innovadores, como es el envasado en atmósfera modificada, que mantiene una baja concentración de oxígeno en los alimentos envasados a fin de asegurar una vida útil más larga. Este tipo de envasado se suele utilizar para el café. Las válvulas de los envases en atmósfera modificada permiten la salida del dióxido de carbono del paquete de café y no dejan entrar gases o contaminantes del ambiente, lo que mantiene los granos frescos.
3) Envases rellenables
Los envases rellenables, como los contenedores de vidrio o de acero inoxidable que se pueden limpiar, ofrecen a los consumidores la posibilidad de comprar alimentos sueltos o a granel en los puntos de venta al por menor. No obstante, los diseños innovadores de contenedores que impiden el contacto de las personas con el producto durante la operación de llenado son importantes para evitar la contaminación cruzada y los riesgos de inocuidad de los alimentos.
Fuente: FAO
Imagen: Pexels