- Los devastadores efectos del ciclón Idai, que azotó con virulencia la ciudad de Beira, en Mozambique, evidencia la necesidad de mejorar las herramientas de emergencia y fortalecer la resiliencia de las comunidades locales frente al impacto de los desastres naturales.
- Durante el período comprendido entre 1998 y 2017, los países afectados por desastres sufrieron pérdidas económicas directas cuantificadas en 2.908.000 millones de dólares estadounidenses, de los cuales los vinculados al clima representaron 2.245.000 millones de dólares, es decir, el 77% del total.
- El desarrollo, por parte de ONU Medio Ambiente, del Manual de Concientización y Preparación para Emergencias a Nivel Local, constituye un instrumento de ayuda a las comunidades para prevenir la pérdida de vidas y los daños a la salud, el bienestar y los medios de subsistencia, para minimizar los perjuicios a la propiedad y para proteger el medio ambiente.
Cerceda, a 10 de abril de 2019.- El pasado 14 de marzo, la ciudad de Beira, una de las más antiguas de Mozambique y la cuarta más grande del país, fue duramente golpeada por el ciclón tropical Idai, el más virulento desde Jokwe, en 2008.
Edificios destrozados e infraestructuras de comunicación y electricidad derrumbadas forman parte de un desolador escenario en donde los centros escolares han perdido su función para acoger a las personas desplazadas por las inundaciones. Las carreteras, debido a las inundaciones, se encuentran cortadas y el transporte brilla por su ausencia.
Según datos aportados por las autoridades de Mozambique, al menos 200 personas perdieron la vida debido al desbordamiento de los ríos Buzi y Pungwe. Beira, que acoge a 500.000 residentes, vive días de angustia y muchos de sus habitantes se encuentran sin techo y sin comida. Almacenes, silos y supermercados han sido devastados.
A juicio de ONU Medio Ambiente, la situación por la que atraviesa este lugar del mundo evidencia la necesidad de mejorar las herramientas de emergencia y fortalecer la resiliencia de las comunidades locales frente al impacto de los desastres naturales. Así lo manifestó la Directora Regional de ONU Medio Ambiente en África, Juliett Biao. Clama por mayores inversiones en reducción del riesgo de desastres bassa en ecosistemas y en adaptación al cambio climático para reducir el coste humano y económico de los mismos.
En octubre de 2018, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres publicó un informe en el que se hacía eco del notable impacto financiero de los desastres relacionados con el clima. De hecho, durante el período comprendido entre 1998 y 2017, los países afectados por desastres sufrieron pérdidas económicas directas cuantificadas en 2.908.000 millones de dólares estadounidenses, de los cuales los desastres vinculados al clima representaron 2.245.000 millones de dólares, es decir, el 77% del total.
El desarrollo, por parte de ONU Medio Ambiente, del Manual de Concientización y Preparación para Emergencias a Nivel Local, constituye un instrumento de ayuda a las comunidades para prevenir la pérdida de vidas y los daños a la salud, el bienestar y los medios de subsistencia, para minimizar los perjuicios a la propiedad y para proteger el medio ambiente, tal y como aseguró Saidou Hamani, coordinador de Resiliencia ante Desastres y Conflictos en la oficina regional de ONU en África. La organización lleva a cabo un intenso trabajo en esta línea en decenas de países como Afganistán, Haití, Irak, Sudán y Sudán del Sur.
Fuente: ONU Medio Ambiente
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