- El regreso a las aulas supone en muchos casos una pequeña revolución en las familias, pues, más allá de organizar las rutinas diarias y lidiar con la conciliación laboral y personal, el gasto se incrementa de forma exponencial.
- Es posible aliviar el impacto económico y, al mismo tiempo, cuidar el medio ambiente, con sencillos gestos vinculados al principio de las tres erres: reducción, la reutilización y el reciclaje.
Cerceda, a 6 de septiembre de 2019.- Finalizadas las vacaciones de verano, la vuelta al cole de los pequeños y jóvenes de la casa supone una pequeña revolución para las familias, pues más allá de organizar las rutinas diarias y lidiar con la conciliación laboral y personal, el gasto se incrementa de forma exponencial. Uniformes, libros, carteras, libretas, lápices, bolígrafos y un largo etcétera de material se hace necesario para equipar a nuestros hijos e inicien un nuevo curso académico con garantías.
Con la pretensión de hacer un poco más llevadero el retorno a las aulas, minimizar el impacto en el bolsillo de los hogares y proteger el medio ambiente, es importante la planificación previa y una evaluación minuciosa de las medidas a poner en marcha, evitando así el uso desmedido de recursos. Pensar en clave “R” constituye el primer mandamiento a seguir, toda vez que la reducción, la reutilización y el reciclaje pueden resultar de gran ayuda. Aquí dejamos unos sencillos consejos:
1.- Revisar armarios y cajones para aprovechar todo lo que pueda tener utilidad y, a partir de ahí, elaborar una lista de artículos a adquirir que sean realmente necesarios.
2.- Indagar en la posibilidad de reutilizar uniformes de otros niños/as y, de no ser viable, aprovechar las ofertas y descuentos. Comparar calidad y precios.
3.- Recuperar libros de texto usados. El mercado de segunda mano puede resultar de utilidad, dando la oportunidad de adquirirlos a precios muy asequibles.
4.- Priorizar la compra de material ecológico duradero, libre de tóxicos y, por tanto, menos peligroso para los pequeños y más repestuoso con el entorno.
5.- Optar por el papel reciclado, bolígrafos recargables y calculadoras solares.
6.- Un curso nuevo no significa mochila nueva. Con un poco de destreza y creatividad, la vieja se puede arreglar y modernizar.
7.- Para la merienda o tentempié de media mañana, apostar por envoltorios reutilizables, la bolsita de tela de toda la vida o bien el tupper.
8.- Nada mejor que productos sanos para una alimentación equilibrada. Fuera la bollería industrial y sus múltiples envases plásticos individuales de usar y tirar.
9.- Para los desplazamientos, prescindir del coche particular siempre que sea posible. Caminar, utilizar el transporte público o compartir vehículo con otras familias constituyen las mejores alternativas.
10.- Y que no falte la práctica de las tres erres en todo momento (reducir, reutilizar y reciclar).
Saludos, Departamento de Comunicación