
- La conmemoración del Samaín se ha extendido a una buena parte del territorio gallego, convirtiéndose ya en un motivo de marketing y consumo desmedido
Cerceda, a 30 de octubre de 2023.- En los últimos tiempos, el Samaín ha recuperado en Galicia su esencia, extendiéndose su celebración a gran parte del territorio. A día de hoy es una cita habitual en muchos pueblos y ya está muy presente en centros educativos y distintas organizaciones, habiéndose convertido en un motivo de marketing y consumo desmedido.
Sogama recuerda que el 83% de los disfraces del Samaín están fabricados con plástico, de ahí la conveniencia de que los disfraces se elaboren a partir de ropa fuera de uso que a buen seguro habrá en las casas.
Asimismo, recomienda comprar calabazas de origen local y, si sobran, utilizarlas para preparar suculentos platos con esta hortaliza llena de vitaminas y minerales.
También es importante prescindir de las vajillas y vasos de usar y tirar, y optar por materiales reutilizables y, ara los más golosos, se aconseja tener cuidado con el azúcar de los dulces y adquirir los comercializados a granel, ya que un simple envoltorio plástico de un caramelo puede tardar entre 10 y 20 años en degradarse.
Los muertos nos visitan
En la noche del 31 de novembro, las puertas del más allá se abren para que los muertos visiten el mundo de los vivos. Una tradición que muchos piensan que llegó con lo que hoy en día se conoce como Halloween, pero esta creencia es incierta. Su origen se remonta a hace más de 3000 años.
Samaín proviene de la palabra gaélica ‘Samhain’, que literalmente significa 'fin del verano'. Es una fiesta en la que los celtas conmemoraban el cambio de estación (de verano a invierno), y que coincidía con el final de la temporada de cosecha, dándose comienzo a un nuevo ciclo. Se creía que, durante esa noche, las almas de los difuntos volvían al mundo de los vivos y, con el fin de ahuyentar a los espíritus malignos, los mortales utilizaban máscaras y disfraces, al tiempo dejaban alimentos en las puertas de las casas para contentar a los muertos. Igualmente, era habitual dejar el fuego encendido y la mesa sin recoger después de la cena, por si los fantasmas entraban en los hogares.
Los investigadores aseguran que Halloween es una variación del Samaín de la cultura celta. Se celebraba principalmente en Irlanda, pero también en otros territorios, como es el caso de Galicia.
La llegada de los romanos y del cristianismo consiguió que muchas de estas tradiciones celtas acabasen desapareciendo, dando paso así a otras festividades de carácter religioso, como el Día de Todos los Santos.
Saludos, Departamento de Comunicación