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En el ámbito de la recogida selectiva, uno de los contenedores que generó más confusión fue el amarillo, ya que no está destinado a acoger cualquier tipo de plástico, sino únicamente envases y envoltorios de plástico, además de latas y briks
Cerceda, a 7 de mayo de 2024.- Cerca de 200 escolares, además de 11 docentes, del CPI Camiño de Santiago, perteneciente al Ayuntamiento coruñés de O Pino, recibieron clases de reciclaje por parte de educadores ambientales al servicio de Sogama.
En total, se impartieron, a solicitud del ente local, cuatro sesiones formativas con la pretensión de que los pequeños fuesen instruidos en la gestión sostenible de los residuos municipales y que también tomasen nota de los gestos y comportamientos con los que contribuir a la reducción de la producción de desechos y a la reutilización de los mismos.
En el ámbito del reciclaje, se explicó la dinámica a seguir, mostrando los diferentes contenedores de recogida selectiva habilitados en las calles, así como los tipos de residuos a introducir en los mismos para propiciar su posterior reciclado y transformación en nuevas materias primas.
Uno de los contenedores que generó más confusión fue el amarillo, ya que no está destinado a acoger cualquier tipo de plástico, sino únicamente envases y envoltorios de plástico, además de latas y briks. Los errores fueron detectados por los monitores a través de una serie de juegos, procediendo a su corrección y afianzamiento de los conocimientos adquiridos.
El interés fue máximo en todo momento, con la garantía de que los escolares constituyen un colectivo con gran proyección e influencia en su entorno más inmediato, capaz de llevar a cabo una tarea educativa eficaz y eficiente.
Conociendo Sogama
También se detalló el cometido de Sogama en Galicia, las fracciones de residuos que se encuentran bajo su gestión (materiales recogidos a través de los contenedores amarillos, marrones y genéricos) y tratamiento dispensado a cada una de ellas.
En el caso de los envases de plástico, latas y briks (bolsa amarilla), la empresa los separa por tipologías en una planta de clasificación para ser remitidos a los centros recicladores, donde cobran una nueva vida. La materia orgánica depositada de forma diferenciada en el contenedor marrón, la transforma en compost, un abono de alta calidad con excelentes propiedades fertilizantes para el suelo. Y la conocida como resto, que corresponde al contenedor genérico, la somete también a un proceso de selección para extraer la parte reciclable, que remite a la industria transformadora, convirtiendo la no reciclable en energía eléctrica.
Para llevar a cabo este cometido, la compañía dispone de una potente red de infraestructuras conformada por un Complejo Medioambiental, sito en Cerceda; una red de 37 plantas de transferencia distribuidas estratégicamente por el conjunto del territorio gallego; 4 plantas de biorresiduos (una por provincia) y un vertedero controlado de apoyo. Y todo ello aderezado con el transporte sostenible de los residuos, dando preferencia al uso del tren por tratarse de un medio más respetuoso con el medio ambiente, con menor siniestralidad y menores molestias ciudadanas.
Saludos, Departamento de Comunicación