- Así se concluye a partir de los datos recogidos a través de la encuesta de la MPAC, en la que han participado 3.500 familias de las 17 CCAA y las dos ciudades autónomas
- La influencia a la hora de decidir la compra está repartida entre varios factores tales como conocer la procedencia del producto y cómo se ha producido, compromiso del proveedor con el medio ambiente o el comportamiento ético de éste con la sociedad
- El 88% de los encuestados reconoce que el desperdicio alimentario es un problema importante y asegura tomar medidas para minimizarlo.
Cerceda, a 17 de enero de 2023.- Tras el impacto del COVID-19 y, teniendo en cuenta el actual escenario económico, un 72% de los consumidores asegura haber cambiado sus hábitos de compra y consumo. De ellos, un 20% lo hace buscando mejores precios y un 21% opta por adquirir otro tipo de productos.
Estos son algunos de los resultados correspondientes a la encuesta de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC).
Además, de acuerdo con dicho estudio, en el que han participado 3.500 familias de las 17 comunidades autónomas y de las dos ciudades autónomas durante el primer semestre de 2022, los encuestados son más conscientes del significado de la figura del consumidor vulnerable, entendiendo como tal a aquel que se encuentra en situación de subordinación, indefensión o desprotección, impidiéndole el ejercicio de sus derechos como consumidor en condiciones de igualdad.
Así, el 38% que afirma sentirse vulnerable, se debe a que su nivel de renta es bajo (19%), al impacto de alguna variable psicosocial (9%), al desconocimiento de las nuevas tecnologías (6%) o al nivel de formación (4%). La vulnerabilidad por renta afecta principalmente a las franjas entre los 18 y 35 años y a los de más de 65.
EL ETIQUETADO DE LOS PRODUCTOS
El etiquetado de los alimentos lleva años generando debate y siendo la 'asignatura pendiente' de industria y administración. Por un lado, por su relevancia para la salud del consumidor y, por otro, por la exigencia de éste de disponer cada vez de más información sobre el producto que adquiere.
La encuesta revela que en 2022 aumentó el número de ciudadanos que admiten consumir productos una vez pasada la fecha de caducidad (67% frente al 59% en 2021), aunque, de forma paradójica, un 66% considera que la fecha de caducidad es el concepto informativo más importante de la etiqueta, seguido de la composición/ingredientes del artículo (55%). En tercera posición aparece el precio (37%), el lugar de origen (28%) y la información nutricional (26%).
También se constata que, año tras año, el consumidor va perdiendo el hábito de leer las etiquetas. Concretamente, en esta ocasión la caída ha sido de 7 puntos para los que dicen leerlas habitualmente, hasta el 34% (41% en 2021). También se reduce en 4 puntos los que afirman leerlas de vez en cuando, hasta el 54%.
A pesar de todo ello, la etiqueta del producto continúa siendo la principal fuente de información para los consumidores y un 42% de los encuestados considera útil la información que ofrece.
COMPROMISO AMBIENTAL
Según el análisis de los datos recabados, el consumidor medio en España tiene cada vez más en cuenta a las empresas responsables con el medio ambiente porque él mismo apuesta por un consumo sostenible y respetuoso con el planeta: un 57% valora positivamente este aspecto cuando decide comprar un alimento.
La influencia a la hora de decidir la compra está repartida entre varios factores como, por ejemplo, saber la procedencia del producto (25%) y cómo se ha producido (20%). También se valoran otros aspectos como el compromiso con el medio ambiente (16%) o el comportamiento ético con la sociedad del fabricante o distribuidor (15%).
En la misma línea, el 88% de los encuestados opina que el desperdicio alimentario es un problema importante. Para evitarlo opta por aprovechar más los alimentos (41%) y planificar mejor las compras (31%). Tan sólo un 10% reconoce no hacer nada.
En cuanto a la sostenibilidad, un 89% de los consumidores encuestados afirma que los hábitos alimentarios afectan al medio ambiente en función de lo sostenibles que sean los alimentos. Sin embargo, durante estos meses marcados por la pandemia, tan sólo algo más de la mitad de los consumidores aumentó su interés por comprar alimentos más sostenibles.
La mayoría de los encuestados (61%) sabe en qué contenedor debe depositar los residuos orgánicos tales como cáscaras y pieles de fruta, restos de carne y pescado. Cada vez son más los que realizan de forma correcta la separación para poder reciclar los desechos que generan.
Fuente: Gestores de Residuos
Imagen: Pixabay