- Según un estudio de la FAO, la biodiversidad está sufriendo un alarmante retroceso y afecta a todo tipo de especies, animales y vegetales.
- El informe analiza las causas y las posibles soluciones para paliar este fenómeno.
Cerceda, a 12 de marzo de 2019.- La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) ha hecho público un estudio que, bajo el título “El estado de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en el mundo”, demuestra que la biodiversidad que sustenta nuestros sistemas alimentarios se encuentra en peligro, lo que supone una amenaza para el futuro de nuestros alimentos, medios de subsistencia, salud y medio ambiente.
La biodiversidad para la alimentación incluye, por una parte, a todas las especies vegetales y animales, silvestres y domésticas, que nos proporcionan alimentos, forraje, combustible y fibras; y, por otra, el conjunto de organismos que apoyan la producción alimentaria – y que se conoce como biodiversidad asociada-, mediante los denominados servicios ecosistémicos: plantas, animales y microorganismos que mantienen fértiles los suelos, polinizan las plantas, purifican el agua y el aire, evitan la erosión, mantienen la salud de las especies y combaten las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos y al ganado.
Una menor biodiversidad, advierte José Graziano da Silva, Director General de la FAO, implica que las plantas y animales sean más vulnerables a plagas y enfermedades.
ESPECIES EN RIESGO
En el informe se pone de manifiesto que la diversidad vegetal en las explotaciones agrícolas no deja de disminuir. Se estiman en 6.000 las especies de plantas que se cultivan en el mundo para obtener alimentos. Pero de ellas, menos de 200 contribuyen de manera significativa a la producción alimentaria mundial; y tan sólo nueve de dichas especies representan el 66% del total de la producción agrícola.
El panorama no es más alentador en lo que a la ganadería se refiere. La producción ganadera mundial se fundamenta en tan sólo 40 especies animales, de las cuales unas pocas proporcionan la mayor parte de la carne, leche y huevos. Existen unas 7.745 razas de ganado autóctonas registradas en el planeta, de las que el 26% se encuentra en peligro de extinción.
Un tercio de las especies piscícolas sufren sobreexplotación; y más del 50% de las poblaciones de peces de todo el mundo han alcanzado su límite de explotación sostenible.
Los bosques, pastizales, manglares, praderas marinas, arrecifes de coral y los humedales en general, todos ellos ecosistemas clave que prestan numerosos servicios esenciales para la alimentación y la agricultura y que son el hábitat de numerosas especies, también están disminuyendo rápidamente.
CAUSAS Y POSIBLES SOLUCIONES
Los 91 países que han colaborado en el estudio coinciden en señalar unas mismas causas de esta acelerada pérdida de biodiversidad: los cambios en el uso y la gestión de la tierra y el agua, la contaminación, la sobrepesca, la sobreexplotación de los recursos, el cambio climático, el crecimiento demográfico y la urbanización.
Por su parte, la biodiversidad asociada sufre el mismo fenómeno pero por causas que, en ocasiones, son propias de cada región geográfica. Por ejemplo, además de la alteración y la pérdida del hábitat, ciertas especies están desapareciendo en África debido a la caza, el furtivismo y la sobreexplotación; en cambio, en Europa y Asia Central esta pérdida de diversidad se debe en mayor medida a la deforestación, cambios en el uso de la tierra y la intensificación de la producción agrícola.
El informe de FAO constata un creciente interés por las prácticas y enfoques que favorecen a la biodiversidad: la agricultura orgánica, el manejo integrado de plagas, la agricultura de conservación, la gestión sostenible de los suelos y los bosques, la diversificación en la acuicultura, etc, a lo que debe sumarse la necesaria colaboración de la comunidad internacional, administraciones, productores y sociedad civil.
Una vez más, la sostenibilidad resulta clave, pues es la única vía para conjugar calidad de vida y supervivencia del medio natural y de la propia especie humana.
Fuente e imagen: FAO
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