- Este material tiene una composición innovadora que, además de ayudar a reciclar los desechos agrícolas y reducir la huella de CO2, favorece el uso de materias primas secundarias.
- Según se desprende del estudio, desarrollado por investigadores de la Universidad de Cádiz, “se trata de un novedoso material que ha demostrado su eficacia para reemplazar a algunos plásticos sintéticos o derivados del petróleo que son muy demandados y dañinos con el medio ambiente”.
Cerceda, a 2 de junio de 2020.- En la actualidad, la reducción del consumo de plásticos contaminantes se ha convertido en un desafío para la industria y para el mundo, siendo los sectores del envasado, construcción o automoción los que demandan en mayor medida este material.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz ha logrado desarrollar un agro-compuesto, formado a partir de desechos de la remolacha azucarera, que reúne las condiciones óptimas para poder usarse en agricultura ecológica y sustituir a algunos plásticos contaminantes. Este material tiene una composición innovadora que, además de ayudar a reciclar los desechos agrícolas y reducir la huella de CO2, favorece el uso de materias primas secundarias.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Journal of Cleaner Production, se centra en la producción de un material que combina polietileno de baja densidad lineal (uno de los materiales termoplásticos más utilizados en bolsas de plástico o envoltorios, por ejemplo) con carbocal (subproducto resultante del proceso de separación de los “no azúcares” del jugo extraído en la remolacha azucarera).
La importancia del producto ideado radica, no solo en su composición sostenible e innovadora, sino también en el hecho de que “es un material respetuoso con el medio ambiente y la economía circular”. Según se desprende de este trabajo, “se trata de un novedoso material que ha demostrado su eficacia para reemplazar a algunos plásticos sintéticos o derivados del petróleo que son muy demandados y dañinos con el medio ambiente”.
En este sentido, “los productos derivados de la agricultura se pueden afianzar como un revulsivo para la industria global, ya que conllevan un menor coste de producción, muestran un mejor funcionamiento y además aportan propiedades beneficiosas para la sostenibilidad”.
Fuente e imagen: Retema