- Utilizar juegos, hacerles protagonistas, enseñarles el poder de los gestos sencillos, así como la importancia de ser pacientes y concienciarlos sobre la importancia de adquirir productos y servicios sostenibles son, entre otras, algunas de las estrategias pedagógicas a seguir.
Cerceda, a 11 de agosto de 2020.- El consumidor responsable es aquel que adquiere productos o servicios guiado por criterios medioambientales y sociales, y mantiene en todo momento una conducta consciente y crítica para el uso más eficiente de los recursos.
Así se destaca en un artículo publicado en la plataforma Consumer, donde se incide también en la necesidad de educar a los niños en esta línea para que su modelo a seguir sea consumir menos y hacerlo de forma más sostenible.
1. Dar ejemplo es la mejor escuela
Los adultos (padres, profesores…) “son el principal referente en el que se fijan los más pequeños a la hora de adquirir pautas y hábitos”.
2. Educarles jugando
Inscribir a los hijos en talleres o a actividades en ludotecas donde se realicen juegos sobre consumo o bien fomentarlos en casa y adaptar el tipo de lenguaje utilizado en cada caso.
3. Enseñar a consumir menos
Es importante que los niños se pregunten “qué es prescindible y qué no” y que sean críticos y lleguen al fondo de las cuestiones”. Es preciso explicarles que es crucial consumir menos, porque el reciclaje no es la solución a todas las toneladas de residuos que generamos.
4. Comprar productos sostenibles
Al hacer las compras, enseñar a los pequeños a elegir los productos por su precio y su calidad, pero también por su respeto ambiental.
- Adquirir artículos con envases ligeros (no sobreenvasados).
- Apostar por los productos a granel.
- Sustituir las bolsas plásticas de un solo uso por bolsas reutilizables, cestas, etc.
- Usar carro para hacer la compra y así no emplear bolsas para el transporte.
- Evitar beber agua embotellada en plástico; solo en vidrio u otro tipo de envase. Lo más conveniente es beber agua del grifo en lugar de adquirirla embotellada.
5. Hacer protagonista al niño
Les gusta ayudar y colaborar, y realmente contribuyen a transformar las costumbres familiares, pues, en muchas ocasiones, “son ellos, a partir del trabajo llevado a cabo en la escuela, los que llevan nuevos hábitos a los hogares”
6. Enseñar el poder de los gestos sencillos
Apagar las luces, cerrar los grifos para ahorrar agua, bajar la calefacción, etc. En definitiva, trasladarles “cómo el hecho de ahorrar electricidad, calefacción, agua o combustible hace que mejore la calidad de vida de la colectividad”.
7. La importancia de esperar
Resulta esencial hacerles ver que, antes de comprar algo que les guste, “deben dejar pasar un tiempo para saber si de verdad lo quieren o es un capricho pasajero“. Y, aunque lo hubiesen decidido, es conveniente que esperen para conseguirlo: ahorrar la paga, analizar si se adecua a las pautas de consumo recomendadas, etc.
8. Consumo más solidario
Al adquirir productos es necesario mostrar a los pequeños la importancia de que sean solidarios, ya que son elaborados por empresas que cumplen con los derechos humanos y la justicia social.
Fuente: Consumer
Imagen: Pixabay