- Hoy se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, una efeméride con la que se quiere poner de relieve sus efectos letales sobre la salud y el entorno
- Las colillas de los cigarrillos son uno de los residuos más comunes en todo el mundo y los que más se recogen en playas y orillas de ríos y lagos, filtrándose sus sustancias peligrosas a los medios acuáticos y al suelo
- Se estima que las emisiones de la producción de tabaco equivalen a tres millones de vuelos transatlánticos
Cerceda, a 31 de mayo de 2023.- La conmemoración del Día Mundial Sin Tabaco, fecha instituida por la Asamblea Mundial de la Salud en 1987, y que desde entonces se celebra cada 31 de mayo, pretende llamar la atención sobre la epidemia del tabaquismo y sus efectos letales, además de informar sobre lo que las personas pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana.
“Cultivemos alimentos, no tabaco”, es el lema elegido por la OMS para este año, siendo su objetivo animar a los gobiernos a que pongan fin a las subvenciones para los cultivos de tabaco y que, en su lugar, ayuden a los agricultores a que los sustituyan por otros más sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la salud de las personas y del planeta.
Más allá de las nocivas consecuencias sobre la salud, el bienestar social y la economía, el consumo de tabaco también afecta al medio ambiente:
- Las colillas de cigarrillos son uno de los residuos más comunes en todo el mundo y los más recogidos en playas y orillas de ríos y lagos.
- En las colillas se han identificado sustancias peligrosas, entre ellas arsénico, plomo, nicotina y formaldehído, que se filtran a los medios acuáticos y al suelo.
- El humo del tabaco puede contribuir de manera apreciable a los niveles de contaminación del aire en las ciudades.
- La mayoría de los cigarrillos se encienden con cerillas o encendedores de gas. Si, por ejemplo, se utiliza un fósforo de madera para encender dos cigarrillos, considerando que se fuman seis billones en todo el mundo cada año, se requeriría la tala de unos nueve millones de árboles para producir tres billones de fósforos.
- Los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentados pueden contener pilas que requieren una eliminación especial, así como productos químicos, envases y otros materiales no biodegradables.
- En la actualidad, la mayoría de los cartuchos de plástico para cigarrillos electrónicos no son reutilizables ni reciclables; las empresas transnacionales tienden a vender los desechables, presumiblemente para aumentar las ventas a través de clientes habituales.
- Se estima que las emisiones de la producción de tabaco equivalen a tres millones de vuelos transatlánticos.
- El humo del tabaco contiene tres tipos de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxidos nitrosos) y contamina tanto entornos interiores como exteriores.
- La deforestación para el cultivo de tabaco tiene consecuencias ambientales graves, entre ellas la pérdida de biodiversidad, la erosión y degradación del suelo, la contaminación del agua y el aumento del dióxido de carbono atmosférico.
- El cultivo de tabaco suele entrañar un uso considerable de sustancias químicas tales como plaguicidas, fertilizantes y reguladores del crecimiento, que pueden afectar a las fuentes de agua potable debido a la escorrentía de las zonas de cultivo de tabaco.
- Por cada 300 cigarrillos producidos (unos 1,5 cartones), se necesita un árbol solo para la cura de la hoja de tabaco.
- Con una producción anual de seis billones de cigarrillos, cada año se fabrican unos 300.000 millones de paquetes para productos de tabaco (a 20 cigarrillos por paquete). Si consideramos que cada paquete vacío pesa unos seis gramos, esto supone unas 1.800.000 toneladas de envases usados, compuestos por papel, tinta, celofán, papel de aluminio y pegamento. Si a esto se suman los residuos de los cartones y cajas que se utilizan para la distribución y el empaquetado, el total anual de desechos tras el consumo sobrepasa las 2.000.000 de toneladas.
Fuente e imagen: Organización Mundial de la Salud