- Desde el pasado 21 de abril, Sogama gestiona en el Complejo Medioambiental de Cerceda una media de 5 toneladas de desechos sanitarios de bajo riesgo procedentes de centros adscritos al SERGAS.
- La valorización energética de esta fracción, a temperaturas superiores a 850ºC, permite la destrucción de patógenos y otros elementos nocivos.
- La operativa es independiente de la línea de gestión de residuos urbanos, tanto desde el punto de vista industrial como laboral.
- El presidente de Sogama, Javier Domínguez, manifestó que la empresa pública no dudó ni un solo momento en prestar este servicio, ya que “una ineficiente gestión de los residuos sanitarios agravaría, todavía más, la actual problemática de salud pública”.
Cerceda, a 24 de abril de 2020.- Desde el pasado 21 de abril, Sogama viene recibiendo una media de 5 toneladas diarias de residuos sanitarios procedentes de centros adscritos al SERGAS a fin de dispensarles el mejor tratamiento posible: la valorización energética a temperaturas superiores a 850ºC, propiciando de esta forma la destrucción de patógenos y otros elementos nocivos.
La sociedad pública activó este servicio ante el notable incremento en la producción de desechos sanitarios como consecuencia del COVID-19 y la sobresaturación de las instalaciones que hasta ahora se venían encargando de su gestión en Galicia.
Para llevar a cabo esta labor, Sogama ejecutó una adaptación técnica en el complejo cercedense, habilitando una instalación de pretratamiento donde estos residuos son triturados y acondicionados para alimentar posteriormente las calderas de la planta termoeléctrica.
A fin de evitar contagios, el presidente de la entidad, Javier Domínguez Lino, explicó en la emisora Cope Galicia que esta actividad se lleva a cabo de forma independiente a la línea de gestión de los residuos urbanos, disponiendo para ello de personal externo, que incluso se rige por horarios distintos a los del resto de los trabajadores del complejo, utilizan vestuarios diferenciados y no comparten zonas comunes.
En todo caso, advirtió que se trata de residuos sanitarios de clase II y algunos de clase III, con muy bajo riesgo de infección, estando conformados fundamentalmente por elementos de protección tales como guantes y mascarillas. Explicó que los de clase IV, es decir, los citotóxicos y citostáticos, así como como los de clase V (otros residuos peligrosos), siguen su propio itinerario desde los centros dependientes del SERGAS hasta los correspondientes gestores autorizadores.
Este modus operandi se ha implantado igualmente en otras comunidades autonómas que cuentan con plantas de valorización energética, como es el caso de Cataluña, Madrid, Cantabria y País Vasco.
Domínguez subrayó que, si bien la gestión de los residuos sanitarios no figuraba en el objeto social de Sogama, se recurrió a esta empresa porque estaba preparada, tanto desde el punto de vista industrial como técnico, para asumir este cometido, con la particularidad de que las instrucciones publicadas en su momento por los Ministerios de Sanidad y de Transición Ecológica priorizan la valorización energética sobre el vertedero.
“Somos una empresa pública al servicio de Galicia; no podemos ni debemos mirar hacia otro lado, y tampoco podemos permitir que una ineficiente gestión de los residuos sanitarios incremente todavía más la ya de por sí problemática de salud pública derivada del COVID-19”, a lo que añadió “los gallegos encontrarán siempre en Sogama una aliada”.
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