- El profesor Gonzalo Sánchez Busóns, su alma mater, puso en marcha esta iniciativa en 1998 y, desde entonces, los Ecovigilantes han trabajado en múltiples acciones de protección del entorno que les han reportado numerosos premios y reconocimientos
Cerceda, a 13 de marzo de 2024.- Era el año 1998 y el profesor Gonzalo Sánchez Busóns aterrizaba en el colegio “Divina Pastora” de Ourense para impartir las materias de Geografía e Historia. Pero no conforme con la enseñanza de las mismas, aprovechaba sus clases para inculcar en los alumnos el amor por la naturaleza, reivindicando el cuidado del planeta.
Creó entonces un grupo de voluntariado ambiental en el que hoy se integran estudiantes de ESO y Bachillerato, organizado en dos clubs. El de senderismo, acuñado con el nombre de “El coche de San Fernando”, que sale todas las semanas a caminar, concretamente los miércoles, para realizar distintas actividades; y el de ciclismo, denominado “Dale al pedal, chaval”, que antes salía también todas las semanas, pero que ahora lo hace esporádicamente por los peligros que se pueden encontrar en las carreteras.
En una entrevista para el programa Ecovoz, emitido por Radio Voz Galicia, Sánchez Busóns explicaba con emoción que “hay incluso niños cuyos padres también fueron Ecovigilantes”, con lo cual la protección del entorno forma parte ya de su ADN.
Señaló que el grupo participa en distintos programas educativos, como es el caso de Voz Natura o bien el Plan Proxecta, impulsado por la Xunta de Galicia a través de la Consellería de Educación, concretamente en el de “Movilidad sostenible y segura” y en el de “Recíclate con Sogama”.
Entre las actividades que llevan a cabo, destaca la limpieza de entornos naturales y recogida de residuos de distintas tipologías. De hecho, han declarado la guerra a las colillas, unos desechos muy difíciles de recoger por su pequeño tamaño, y para ello fabricaron unos recipientes con botellas de agua usadas a los que llamaron “Cabichómetros”, depositando en los mismos las colillas para tener una referencia de las cantidades recogidas en cada salida.
Los miembros de Ecovigilantes van equipados con chalecos reflectantes, guantes, ganchos y todo lo necesario para llevar a cabo su labor de forma higiénica y segura. También practican el compostaje doméstico, contando con un compostador en le huerta escolar de Montealegre, a donde llevan los restos orgánicos para que puedan ser convertidos en un abono natural que luego regresa a la tierra en forma de fertilizante.
En el colegio recogen pilas y tapones para causas solidarias, y cada día intentan poner en práctica gestos que benefician al medio ambiente y a la salud de las personas.
Gonzalo Sánchez insiste en la máxima de que hay que pensar globalmente, pero actuar localmente. Él es todo un ejemplo a seguir.
Saludos, Departamento de Comunicación