- Se sitúa así como la tercera región que más comida desecha.
- Las causas de este fenómeno son múltiples: cultivar en el momento inadecuado, malas condiciones climáticas, prácticas erróneas en la cosecha y su manejo, malas condiciones de almacenamiento, así como decisiones inapropiadas en las primeras etapas de la cadena de suministro.
- La pérdida y desperdicio de alimentos tiene tres tipos de huellas ambientales cuantificables: de carbono, de tierra y de agua.
- Varios países de la región han adoptado políticas para detener este problemática y, adicionalmente, el Banco Interamericano de Desarrollo ha creado la campaña #SinDesperdicio, una plataforma destinada a promover la innovación y mejorar la calidad de las intervenciones públicas en este ámbito.
Cerceda, a 12 de noviembre de 2019.- América latina, que acoge al 9% de la población del planeta, es la tercera región, a nivel mundial, que más comida desperdicia, tras la zona de Asia meridional y central, y el área de América septentrional y Europa.
De esta forma, América Latina y el Caribe representa el 20% de la cantidad total de alimentos que se pierden desde la fase posterior a la cosecha hasta el minorista, sin incluir este último. Así lo asegura la FAO en un nuevo informe.
Entre las principales causas de las pérdidas figuran, entre otras, cultivar en el momento inadecuado, las malas condiciones climáticas, las prácticas erróneas en la cosecha y su manejo, los desafíos que suponen la comercialización de los productos, las malas condiciones de almacenamiento y las decisiones inapropiadas en las primeras etapas de la cadena de suministro.
HUELLAS AMBIENTALES
La pérdida y desperdicio de alimentos tiene tres tipos de huellas ambientales cuantificables: de carbono, de tierra y de agua.
La huella de carbono es la cantidad total de gases de efecto invernadero que se emiten a lo largo del ciclo de vida de los alimentos, expresado en dióxido de carbono (CO2). América Latina es responsable del 16% de la huella de carbono mundial debida a las pérdidas de alimentos.
La huella de la tierra es la superficie de tierra necesaria para producir los alimentos. En este sentido, la región representa el 9%.
En términos de la huella de agua –la medida de toda el agua dulce utilizada para producir y suministrar los alimentos al consumidor final– la región responde por el 5%.
ACCIONES NACIONALES
Varios países de la región han adoptado políticas para detener este problema. Es el caso de Chile, que en 2017 estableció el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos.
Por su parte, Argentina creó en 2015 un Programa para la Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Desde entonces, más de 80 instituciones públicas y privadas se han unido para formar la Red Nacional para la Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Dentro de este programa se lanzó una campaña bajo el título "Valoremos los Alimentos", que proporciona recursos didácticos sobre cómo prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Asimismo, la red nacional de bancos de alimentos de Brasil, Mesa Brasil SESC, entregó en 2017 comida que, de otra forma,habría acabado en la basura, a más de 1,4 millones de brasileños a través de asociaciones público-privadas en 500 municipios.
Adicionalmente, el Banco Interamericano de Desarrollo ha creado la campaña #SinDesperdicio, una plataforma destinada a promover la innovación y mejorar la calidad de las intervenciones públicas sobre la pérdida y desperdicio de alimentos en la región.
Fuente e imagen: ONU
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