- Entre las razones, aluden, por orden, al impacto que supone a nivel económico, a una cuestión ética y social, y a las consecuencias medioambientales
Cerceda, a 18 de octubre de 2023.-Según la FAO, cada segundo se tiran en el mundo más de 79 toneladas de comida, es decir, más de 2.500 millones de toneladas al año. En España, casi 8 millones de toneladas de alimentos anuales acaban en la basura.
Para avanzar en su objetivo de concienciación, la compañía “Too Good To Go” ha llevado a cabo un estudio, junto con la consultora social “21 gramos”, sobre la percepción que los ciudadanos tienen respecto al desperdicio de alimentos. El resultado es que el 73% de los españoles se muestra muy preocupado por esta problemática, aludiendo a razones tales como el impacto que supone a nivel económico, seguido por una cuestión ética y social, y por el impacto medioambiental. De hecho, un 65% de los consumidores piensa en las consecuencias que tiene para el planeta cuando tira comida.
La directora de Too Good To Go en España, Marie Lindström, recuerda que el desperdicio alimentario “Es responsable de hasta el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, cuando se desperdicia un alimento se están tirando también los recursos empleados para su producción como el agua, la tierra o la energía. Por ello, cada comida que no se desperdicia marca la diferencia, porque no solo se ahorra dinero sino que, al mismo tiempo, se está cuidando el planeta”.
Otro de los datos del estudio, es que además de estar preocupados, el 75% de los ciudadanos asume que son los principales responsables del desperdicio alimentario, colocándose a sí mismos por delante del sector HORECA (72%) y las grandes superficies (71%).
En relación a las principales causas por las que se desperdicia comida, los consumidores destacan tres fundamentales: la forma de planificar y hacer la compra; cómo se organizan y almacenan los alimentos en la despensa o en la nevera, y, por último, la elaboración o cocinado de los alimentos para aprovecharlos al máximo. Además, a estos motivos, se suma el desconocimiento sobre la diferencia entre la fecha de caducidad de los productos y la de consumo preferente.
Fuente: Compromiso RSE
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