- Es propietario del restaurante de tres estrellas Michelin Osteria Francescana, ubicado en Módena (Italia), y ha sido reconocido como emprendedor social por su compromiso con la lucha contra el desperdicio de alimentos y la marginación social a través la organización sin ánimo de lucro Food for Soul.
- La producción de alimentos que luego serán desechados requiere un área de tierra más grande que la superficie de China e India juntas, y tres veces más agua que la que contiene el lago Leman, en Ginebra.
- Bottura señala que el acto de cocinar, así como el de alimentarse, debe convertirse en una elección ética y no sólo en una cuestión de gusto.
Cerceda, a 2 de octubre de 2020.- En el marco del primer Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, celebrado el pasado 29 de septiembre, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) nombró al chef italiano Massimo Bottura como nuevo Embajador de Buena Voluntad con el fin de intensificar la lucha contra el desperdicio y la pérdida de alimentos.
Bottura es chef propietario del restaurante de tres estrellas Michelin Osteria Francescana, ubicado en Módena, y ha sido reconocido como emprendedor social por su compromiso con la lucha contra el desperdicio de alimentos y la marginación social, uno de los principales objetivos de Food for Soul, la organización sin ánimo de lucro que fundó junto con su esposa Lara Gilmore.
Durante los confinamientos por la COVID-19 en Italia, su familia produjo un programa de cocina en línea llamado Kitchen Quarantine, que alentó a las personas a ver el potencial invisible en cada ingrediente.
Se estima que un tercio de todos los alimentos producidos se desperdicia o pierde cada año –alrededor de 1.300 millones de toneladas–. Aproximadamente el 14% a nivel mundial (hasta el 40% en algunos mercados) se echan a perder antes de que lleguen a los minoristas como resultado de los problemas de logística y la falta de cadenas de frío sostenibles.
La producción de alimentos que luego serán desechados requiere un área de tierra más grande que la superficie de China e India juntas, y tres veces más agua que la que contiene el lago Leman, en Ginebra. El uso innecesario de estos recursos tiene enormes impactos negativos en los ecosistemas y la biodiversidad, con la particularidad de que la pérdida y el desperdicio de alimentos genera el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Para Bottura, todos debemos empezar a comprender de dónde viene nuestra comida, desarrollar acciones para preservar la memoria y las técnicas que nos puedan ayudar a innovar de cara al futuro, y cuidarnos de no repetir prácticas y conductas de consumo que han provocado los desafíos actuales de nuestro sistema alimentario. Señala que el acto de cocinar, así como el de alimentarse, debe convertirse en una elección ética y no sólo en una cuestión de gusto.
La organización Food for Soul busca reducir el desperdicio de alimentos y el aislamiento social a través de comedores llamados refettorios que benefician a personas vulnerables. La organización ha evitado que más de 125 toneladas de alimentos imperfectos llegasen a los vertederos y ha transformado estos ingredientes en más de medio millón de comidas nutritivas.
Fuente: ONU Medio Ambiente
Imagen: Pixabay