- Aimplas, socio de esta iniciativa, ha creado a partir de los mismos una película plástica. Otras empresas producen aceite de café y extraen aromas, polifenoles, aceites y carotenoides, además de ácidos dicarboxílicos de cadena larga (LCDCA) necesarios para sintetizar poliésteres
- El proyecto también está dando a conocer procesos para transformar biorresiduos urbanos en bioproductos de gran valor a partir de diferentes materias primas tales como subproductos cárnicos, desechos de pescado, biorresiduos domésticos, desechos de celulosa y lodos de depuradora
Cerceda, a 15 de febrero de 2023.- El elevado consumo de café en todo el mundo trae consigo la generación anual de millones de toneladas de posos de café que acaban desperdiciados. Para darles una nueva vida, Aimplas (Instituto Tecnológico del Plástico), ha creado a partir de los mismos una película plástica, transformándolos así en un producto con valor.
Esta iniciativa se enmarca en el proyecto europeo WaysTUP!, claro ejemplo, a juicio de Nuria López, investigadora principal de Aimplas, del importante papel que los biorresiduos pueden desempeñar en la transición hacia una economía circular.
Además de utilizar posos de café para fabricar PHA (polihidorxialcanoatos), los socios del proyecto han descubierto otros usos. Por ejemplo, bio-bean, empresa de Reino Unido, está produciendo aceite de café, mientras que la firma biotecnológica española Biopolis extrae aromas, polifenoles, aceites y carotenoides de los posos de café proporcionados por Agricultores de la Vega de València, entidad coordinadora del proyecto. Por su parte, el socio italiano Novamont genera ácidos dicarboxílicos de cadena larga (LCDCA) necesarios para sintetizar poliésteres.
No obstante, WaysTUP! no solo se centra en el café. Está dando a conocer una serie de procesos para transformar biorresiduos urbanos en bioproductos de gran valor a partir de diferentes materias primas. Los subproductos cárnicos (por ejemplo, sangre, huesos, recortes de carne, piel, tejidos grasos, cuernos, pezuñas, patas, cráneos y vísceras) se emplean para producir enzimas y péptidos activos. Los desechos de pescado, incluidas cabezas, colas, piel, entrañas y aletas, sirven como materia prima para producir péptidos activos y gelatina. Los biorresiduos domésticos separados en origen también se usan para producir harina rica en proteínas destinadas a piensos para animales y biodisolventes. Los PHA, LCDCA y bioplásticos se fabrican con aceite de cocina usado. Los desechos de celulosa de las instalaciones de tratamiento de residuos y aguas residuales se transforman en bioetanol y biodisolventes, y los lodos de depuradora se emplean para producir biocarbón, un carbón vegetal obtenido por la descomposición térmica de biomasa.
Al adoptar un enfoque más amplio para promover una economía circular, el equipo del proyecto (Value chains for disruptive transformation of urban biowaste into biobased products in the city context) trabaja de forma paralela para concienciar a los ciudadanos y las comunidades locales sobre la importancia de poner en valor los biorresiduos urbanos como recurso.
Fuente: Aimplas
Imagen: Pixabay