- Artículo del presidente ejecutivo de Sogama, Javier Domínguez Lino, con motivo del Día Internacional del Reciclaje 2021.
Mañana, 17 de mayo, además de celebrar el Día de las Letras Gallegas, se conmemora el Día Internacional del Reciclaje. La primera efeméride forma parte del ADN de nuestra comunidad y, la segunda, cobra en esta ocasión más protagonismo que nunca, ya que los índices de reciclaje en el territorio gallego seguirán subiendo gracias a la mayor colaboración ciudadana y a la red de infraestructuras industriales diseñada por la Xunta de Galicia, de la mano de Sogama, para propiciar que los concellos tengan acceso al servicio de valorización de la materia orgánica y, de esta forma, puedan dar debido cumplimiento a los objetivos europeos en la gestión sostenible de los residuos urbanos.
La elevada dispersión de la población gallega exige un esfuerzo titánico a la hora de prestar servicios públicos, y el correcto tratamiento de la basura no es una excepción. Si bien la gestión de los desechos constituye una competencia municipal, debiendo los entes locales articular los mecanismos necesarios en el marco de la legislación vigente, la Xunta ya ha definido una operativa única en la que, además de dotar a Galicia de nuevas infraestructuras, aprovechará otras existentes para ampliar sus servicios.
Me refiero a las tres nuevas plantas de biorresiduos que Sogama construirá, y gestionará posteriormente, y que se sumarán a la ya operativa en Cerceda, así como a las públicas y privadas que ahora estén en funcionamiento o puedan estarlo en el futuro.
Los municipios de Vilanova de Arousa (Pontevedra), Cervo (Lugo) y Verín (Ourense) acogerán estas tres instalaciones, de las que también harán uso las localidades que se encuentren en su radio de acción. Para el resto de los concellos, y a fin de que cuenten con las mismas oportunidades, Sogama pondrá a disposición 13 plantas de transferencia que desempeñarán un papel fundamental en la logística de la valorización de la materia orgánica para su transformación en compost.
El plan de acción, al que se destinará una inversión de 35 millones de euros, contempla la construcción de 6 nuevas plantas de transferencia, de las cuales 5 sustituirán a otras tantas microplantas, dotándolas de mayor tamaño y prestaciones (Curtis, Riotorto, A Lama y A Cañiza); y la sexta reemplazará a la que está funcionando en Cee, concretamente en el Monte do Son, ubicándose en el polígono industrial de esta localidad.
Asimismo, se procederá a la adaptación de otras 7 plantas de transferencia mediante la incorporación a las mismas de una nueva tolva para el trasvase de la fracción orgánica recogida a través del quinto contenedor, de color marrón, que los entes locales deberán implantar antes del 31 de diciembre de 2023.
Con ello se propiciará que 280 concellos, de los 295 adscritos a Sogama, puedan disponer de una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 km de distancia, con la particularidad de que el Concello de Ribeira, que se encuentra a una distancia mayor, solventará esta limitación con la puesta en marcha de su propia planta de transferencia. En los 14 municipios restantes, de pequeño tamaño todos ellos, sería suficiente con implantar el compostaje doméstico y/o comunitario.
Esta red de infraestructuras industriales llega después de que la capacidad del Complejo Medioambiental de Sogama en Cerceda se hubiese incrementado hasta 1 millón de toneladas anuales con la puesta en marcha de una nueva planta, que opera en línea con la industria 4.0, para la recuperación de los materiales reciclables contenidos en la basura en masa y la remodelación de la antigua planta de Reciclaje, Tratamiento y Elaboración de Combustible.
Ahora bien, alcanzar los objetivos de reciclaje impuestos por la Unión Europea exige la colaboración de la población. Las herramientas tecnológicas ayudan, pero serán infructuosas si los ciudadanos no separan correctamente los residuos en origen y no los introducen en el contenedor correspondiente. Es el momento de que la sociedad supere algunos prejuicios que parecen seguir arraigados, así como una cierta desconfianza hacia el reciclaje.
Los recursos son finitos, el planeta está dando señales de agotamiento y no podemos permitir que la economía lineal, propia de las malas prácticas de usar y tirar, siga campando a sus anchas. Avanzar hacia un modelo de desarrollo circular resulta esencial para garantizar nuestro bienestar, así como el futuro de nuestros hijos y las siguientes generaciones.
Reciclar significa aprovechar el potencial de los productos que han culminado su vida útil para transformarlos en otros que retornen al sistema comercial con nuevas prestaciones. Este proceso permite ahorrar materias primas vírgenes y energía, proteger el medio ambiente y también crear puestos de trabajo.
Confiemos en que el Día del Reciclaje nos inspire al menos a reflexionar sobre lo que todos y cada uno de nosotros estamos haciendo o lo que deberíamos hacer para contribuir a un mundo mejor. Y preguntémonos, ¿es suficiente?
Javier Domínguez Lino
Presidente Ejecutivo de Sogama