- La entidad presentó en Madrid un proyecto piloto que se desarrollará en seis municipios españoles para evaluar la efectividad y operatividad del sistema de recogida de textiles
Cerceda, a 11 de octubre de 2024.- La Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado, formada por grandes marcas tales como Decathlon, El Corte Inglés, H&M, IKEA, Inditex, KIABI, Mango, Primark, Sprinter/JD y Tendam, presentó en Madrid Re-Viste, el nuevo nombre bajo el cual operará el SCRAP (Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor) a partir de ahora.
En el encuentro, se dieron a conocer algunos detalles de un proyecto piloto que dará comienzo en 2025 y que permitirá evaluar la efectividad y la operatividad del sistema. Estará supervisado por un Comité, conformado por el Grupo de Trabajo del Residuo Textil de la FEMP y Re-Viste, que hará un seguimiento de su correcta implementación en seis municipios representativos de los diferentes entornos sociodemográficos: dos urbanos, dos rurales y dos semiurbanos, con una población total de alrededor de 300.000 habitantes.
El director general de Re-Viste, el gallego Juan Ramón Meléndez, explicó que “Este proyecto piloto es un paso importante para reunir a todos los actores clave y trabajar juntos en la creación de un sistema eficiente y sostenible que permita establecer una correcta recogida de textiles y calzado, en línea con los desafíos regulatorios y la demanda de la sociedad”.
Análisis de diversas opciones de recogida
En el marco del piloto, se analizarán diversas opciones para la recogida de residuos textiles con el fin de instaurar un sistema eficiente que se adapte a diferentes contextos municipales. Las opciones de recogida incluirán la instalación de contenedores específicos en la vía pública y en puntos limpios municipales. Además, se habilitarán puntos de recogida en espacios privados como centros comerciales, tiendas, colegios y parroquias, ampliando la red de recolección a diferentes entornos y facilitando la participación ciudadana.
Una vez recogidos, los productos textiles serán transportados a plantas de clasificación, donde se evaluarán siguiendo el principio de jerarquía de residuos. Los artículos que se encuentren en buen estado, se destinarán a la venta en tiendas de segunda mano. Aquellos que no estén en disposición de ser reutilizados, serán clasificados en función de su composición (como algodón o poliéster) para facilitar su posterior reciclaje, con el objetivo de transformarlos en nuevos tejidos.
El proyecto piloto tendrá una duración mínima de un año. Al concluir, se pretende elaborar una guía de recomendaciones en la que se incluirán las buenas prácticas identificadas para ofrecer a los entes locales herramientas y orientaciones que les permitan implementar con éxito la recogida selectiva de textiles en sus territorios.
Tal y como manifestó Meléndez, “El sistema que estamos creando no solo facilitará la gestión de textiles, sino que también promoverá un modelo sostenible que involucre a todos los actores de la cadena de valor. La colaboración y la participación son claves para hacer efectiva la economía circular del textil, permitiendo a cada persona y empresa contribuir a un futuro más eficiente e innovador”.
Fuente e imagen: Retema