- Revela que se están llevando a cabo más de 200 acciones circulares distintas en las urbes y alrededor de un tercio se centran en la alimentación y la bioeconomía o en las cadenas de valor del entorno construido, los dos mayores contribuyentes a las emisiones mundiales de carbono y a la generación de residuos
Cerceda, a 21 de enero de 2025.- En colaboración con ICLEI Europa y Circle Economy, el último Informe de la Declaración de Ciudades Circulares 2024 ofrece la evaluación más completa hasta la fecha de la aplicación local de acciones de economía circular en Europa.
Basado en las evaluaciones de los propios funcionarios municipales, describe las principales estrategias y actividades de economía circular de 54 ciudades europeas, constatando que la mayoría (78 %) cuentan con estrategias de economía circular, diseñadas explícitamente para una transición circular o integradas en otras estrategias, como los planes de acción por el clima.
Además de sintetizar las principales enseñanzas extraídas de la aplicación de las estrategias, el estudio se centra en la forma en que las ciudades están abordando dos ámbitos de creciente importancia para la transición circular: (1) cómo medir los avances y (2) qué aspecto tiene en la práctica la regeneración de la naturaleza en los centros urbanos.
Muchas urbes ya están midiendo e informando sobre una amplia gama de indicadores "circulares" y estableciendo objetivos más ambiciosos, como el aumento de la reutilización y la reducción de las emisiones de consumo. Sin embargo, la falta de indicadores comunes y las considerables diferencias en la comprensión de lo que debe medirse entrañan el riesgo de duplicar esfuerzos y aumentar las divergencias entre ciudades, lo que dificultará la comparación y la validación.
El informe también concluye que las ciudades siguen en una fase exploratoria en lo que respecta a la regeneración de la naturaleza, resultando necesario reforzar los vínculos entre ésta y la economía circular.
Áreas de interés común: alimentación y bioeconomía y entorno construido
EL informe revela que se están llevando a cabo más de 200 acciones circulares distintas en las ciudades y alrededor de un tercio se centran en la alimentación y la bioeconomía o en las cadenas de valor del entorno construido, los dos mayores contribuyentes a las emisiones mundiales de carbono y a la generación de residuos.
En alimentación, municipios de todos los tamaños están estrechando relaciones con los productores locales que cultivan de forma respetuosa con la naturaleza: Liubliana ofrece asistencia técnica a los agricultores, mientras que Izmit pone más tierras a disposición de las cooperativas locales. Braga, Évora, Malinas y Zúrich son algunas de las muchas ciudades que apoyan los mercados locales de alimentos o los sellos alimentarios locales que fomentan la producción y el consumo respetuosos con la naturaleza.
En el entorno construido, más de la mitad de las ciudades (57 %) identificaron los procesos de planificación como una forma decisiva de integrar los principios circulares. Los planes de ordenación del territorio permiten a las ciudades proteger y restaurar la naturaleza, así como conectar o crear más espacio para ésta.
Ciudades como Espoo y Bodø han aplicado medidas de planificación que integran los principios de la economía circular en el tejido de los nuevos desarrollos de los distritos. Estas iniciativas dan prioridad a soluciones neutras en carbono y regenerativas, estableciendo un nuevo estándar para el desarrollo urbano.
Además, al fomentar la reutilización y el reciclado, las autoridades locales promueven el desarrollo de un paisaje urbano resiliente y positivo que se ajusta a los principios del desarrollo sostenible.
Fuente: Fundación Ellen MacArthur
Imagen: Pixabay