- El reciclaje de PET trae consigo importantes ventajas ambientales, ya que se reduce el uso de materias primas y el consumo de energía.
- La industria del sector también está optimizando el transporte al ser capaz de convertir, en la propia planta de llenado, las preformas en botellas.
Cerceda, a 13 de julio de 2020.- El PET es uno de los plásticos que más se recicla, ya que ofrece numerosas ventajas. Entre éstas, cabe destacar que se trata de un polímero inerte, resultando adecuado para almacenar alimentos al no interactuar con su contenido, creando también una barrera para el oxígeno y el agua. Asimismo, se le puede dar forma fácilmente y es también muy resistente y ligero, lo que le convierte en un material perfecto para todo tipo de bebidas.
Una vez seleccionadas en planta, las botellas de PET se entregan en el centro reciclador, donde se eliminan las etiquetas y los tapones, separándolas por color y triturándolas. El material resultante se lava, seca y esteriliza para luego fundirse a 270ºC y granularse. El producto "regranulado" se mezcla con granulado nuevo y se funde para ser enviado posteriormente a máquinas de inyección, donde se fabrican las preformas de nuevas botellas de PET, transportándolas luego a la planta de llenado. El círculo se cierra una vez empiezan una nueva vida.
El reciclaje reduce el impacto medioambiental de la industria del PET de distintas formas. En primer lugar, porque hay una reducción del uso de materias primas: las nuevas preformas de botella pueden hacerse con un 35% de regranulado, por lo que se ahorra el petróleo que tendría que haberse empleado para producir granulado nuevo. Además, el plástico reciclado requiere un 88% menos de energía que la fabricación de plástico a partir de materias primas nuevas (fuente: "An Overview of Plastic Recycling", de Rick Leblanc, The Balance Small Business).
Asimismo, las preformas tienen un uso más eficiente de materiales. "A día de hoy, la preforma de una botella de PET de 1,5 litros pesa tan solo 26,8 g, considerablemente inferior a los 38 g de hace 5 años". "El uso de regranulado y el uso más eficiente de materiales han propiciado una reducción del 66% de materias primas en los últimos 5 años".
La industria de PET también está optimizando el transporte al ser capaz de convertir, en la propia planta de llenado, las preformas en botellas. Se reduce así el número de viajes que parten de la planta de reciclaje y, por tanto, las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Para que el reciclaje cumpla su papel y sea capaz de afrontar el problema de los residuos de plástico que tiene la industria del PET, necesita procesos eficientes y productos finales de calidad que puedan competir en el mercado con materiales vírgenes.
Las botellas de PET usadas pueden constituir un recurso valorizable para la industria del embalaje y otros sectores, y así desempeñar un papel importante a la hora de luchar contra el impacto medioambiental del plástico.
Fuente: Retema