- A partir de 2024, los dispositivos electrónicos portátiles tendrán que estar equipados con un puerto de carga USB-C. Por su parte, los ordenadores portátiles tendrán de plazo hasta 2026
- Estas normas traerán consigo un ahorro de recursos y de CO2, al tiempo que permiten la innovación tecnológica
- El acuerdo alcanzado implica que se armonizarán el puerto de carga y la tecnología de carga rápida, se venderán por separado los cargadores y los dispositivos electrónicos, los fabricantes tendrán que facilitar mejor información a los consumidores y se preparará el camino para soluciones de carga inalámbrica comunes
Cerceda, a 14 de junio de 2022.- La Comisión ha acogido con satisfacción el rápido acuerdo político provisional alcanzado entre el Parlamento Europeo y los Estados miembros de la UE en relación con la propuesta sobre una solución común de carga adoptada en septiembre de 2021.
A partir de 2024, todos los nuevos teléfonos móviles portátiles, tabletas, cámaras digitales, videoconsolas portátiles, cascos, auriculares, altavoces portátiles, lectores electrónicos, teclados, ratones, sistemas portátiles de navegación y miniauriculares tendrán que estar equipados con un puerto de carga USB-C. Por su parte, los ordenadores portátiles tendrán de plazo hasta 2026.
Aprovechando el poder del mercado único, las nuevas normas traerán consigo un ahorro de recursos y de CO2, al tiempo que permiten la innovación tecnológica.
IMPLICACIONES
El acuerdo alcanzado por los colegisladores confirma y amplía la propuesta de la Comisión:
• Se armonizarán el puerto de carga y la tecnología de carga rápida: para empezar, el USB-C será el puerto común, lo que permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con el mismo cargador USB-C, independientemente de la marca del dispositivo. Al mismo tiempo, armonizar la tecnología de carga rápida ayudará a evitar que los distintos fabricantes la limiten injustificadamente y contribuirá a garantizar que la velocidad de carga de un dispositivo sea la misma con cualquier cargador compatible.
• Se venderán por separado los cargadores y los dispositivos electrónicos: los consumidores podrán adquirir un nuevo dispositivo electrónico sin un cargador nuevo. Con ello se limitará el número de cargadores no deseados adquiridos o que se quedan sin utilizar.
• Mejor información para los consumidores: los fabricantes tendrán que facilitar información pertinente sobre el rendimiento de carga, la potencia requerida por el dispositivo y si admite carga rápida. Esto facilitará que los consumidores comprueben si los cargadores que ya tienen cumplen los requisitos de su nuevo dispositivo o les ayudará a seleccionar un cargador compatible.
• Preparar el camino para soluciones de carga inalámbrica armonizadas: dado que la tecnología está evolucionando rápidamente y. con el fin de limitar una posible fragmentación del mercado en el futuro, la Comisión evaluará las diferentes tecnologías disponibles con vistas a una posible armonización más adelante.
El acuerdo alcanzado también garantiza que las soluciones de cargador común puedan implementarse sin demora, especialmente teniendo en cuenta las soluciones tecnológicas ampliamente disponibles y el tiempo suficiente que ya se ha concedido a la industria para adaptarse. Por lo tanto, se establece un período transitorio de 24 meses a partir de la adopción oficial con la pretensión de que el cargador común sea una realidad para todas las personas, aplicable a todas las categorías de productos incluidas en el ámbito de aplicación, a excepción de los ordenadores portátiles, que se beneficiarán de 40 meses.
VENTAJAS AMBIENTALES Y ECONÓMICAS
Cabe recordar que, en 2020, se vendieron aproximadamente 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles en la UE. Sin embargo, más de un tercio de los consumidores afirma haber tenido problemas debido a la incompatibilidad de los cargadores en el mercado, gastándose aproximadamente 2.400 millones de euros anuales en cargadores independientes adicionales. Al mismo tiempo, los cargadores eliminados y no utilizados son responsables de unas 11.000 toneladas de residuos electrónicos cada año.
La Comisión lleva apoyando una solución común de carga para teléfonos móviles y dispositivos electrónicos similares desde 2009.
Fuente: Comisión Europea
Imagen: Pixabay