- Así se recoge en la quinta edición trienal de la Memoria de Sostenibilidad del Papel, publicada por ASPAPEL, poniendo de relieve un sector que lidera actualmente el proceso de descarbonización industrial hacia el que Europa debe avanzar.
- La tasa de reciclaje de papel se sitúa en nuestro país en el 74%, superando en 12 puntos la media alcanzada por Europa en 2017 (62%).
- El sistema de recogida selectiva a través del contenedor azul, complementado y reforzado a través de las recogidas puerta a puerta del pequeño comercio, así como las específicas en centros escolares y dependencias municipales, es ya un caso de éxito en el entorno comunitario.
- Respecto a los propios residuos generados en el proceso de fabricación del papel, el 81% se valoriza, relegando el vertedero a la última opción, conforme a la gestión jerarquizada que promulga la Unión Europea
Cerceda, a 18 de enero de 2019.- El pasado mes de diciembre se publicó, por parte de ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón) la quita edición trienal de la Memoria de Sostenibilidad del Papel, un sector que lidera el proceso de descarbonización industrial hacia el que Europa debe avanzar, toda vez que, en su Hoja de Ruta 2050, tiene por objetivo reducir las emisiones de CO2 en un 80% respecto a 2015.
Tal y como se recoge en el documento, una de las principales características de la industria de la celulosa y el papel es su doble circularidad, es decir, además de su vertiente bio, a través de la fabricación de bioproductos procedentes de fuentes naturales renovables, cuenta con una vertiente social e industrial derivada del reciclaje, posibilitando la producción de bioproductos que, tras su uso, se reciclan de forma íntegra.
Y en reciclaje de papel, España está entre los países líderes. La tasa de recogida de este material para reciclar se encuentra incluso por encima de la media europea y, en tasa de reciclaje propiamente dicha, se sitúa ya en el 74%, superando en 12 puntos la media alcanzada por Europa en 2017 (62%).
No es de extrañar que, en este marco, la industria papelera española se haya subido al podium del reciclaje, posicionándose como la tercera más recicladora en volumen.
El sistema de recogida selectiva a través del contenedor azul, complementado y reforzado a través de las recogidas puerta a puerta del pequeño comercio, así como las específicas en centros escolares y dependencias municipales, es ya un caso de éxito a nivel europeo, habiendo demostrado con creces su eficacia.
Con este escenario de partida, y con el compromiso y colaboración de todos los agentes implicados, nuestro país estará en condiciones de asumir los cambios que se están produciendo en el mercado internacional para reciclar y afrontar los nuevos retos de futuro.
En este sentido, es preciso recordar que el gigante chino ha desarrollado un plan de mejora de sus sistemas de recogida municipal y ha definido nuevos y más exigentes criterios de calidad en sus importaciones de papel para reciclar, un movimiento que, como no podía ser de otra forma, tiene una repercusión global al desincentivar los sistemas de recogida a través de los cuales se obtiene un material de peor calidad con difícil salida en el mercado.
No obstante, la industria papelera española garantiza el reciclaje, en nuestro país, de todo el papel y cartón recogido selectivamente y que cumpla con los estándares europeos de calidad, esto es, con la norma europea EN 643.
VALORIZACIÓN INTEGRAL
Respecto a los propios residuos generados en el proceso de fabricación del papel, el 81% se valoriza, relegándose el vertedero a la última opción, conforme a la gestión jerarquizada que promulga la Unión Europea. De hecho, y si bien hace una década se vertían el 38% de los desechos, este porcentaje se ha reducido en la actualidad al 19%, formando parte del mismo aquellos materiales que, dadas sus características, no pueden recuperarse por otras vías.
De este 81%, el 39% se valoriza energéticamente en las propias fábricas; el 9,1% se usa como materia prima en otras industrias como la cementera o la cerámica; el 8,8% tiene un uso agrícola directo; y el 7,3% se destina a compostaje.
Fuente: ASPAPEL
Saludos, Departamento de Comunicación