- Las actividades humanas, entre las que figura el vertido del equivalente a un camión de basura plástica en el mar cada minuto, están destruyendo rápidamente los ecosistemas oceánicos
- El potencial de los océanos para funcionar como sumidero gigante de carbono depende de su abundante biodiversidad, de ahí la necesidad de implantar medidas para reducir el impacto humano directo, limpiar los ríos contaminados, restaurar los humedales y desarrollar una economía circular
- La ambición 30x30 de proteger el 30% de la tierra y los mares durante el próximo decenio, se discutirá en la COP15, que se celebrará del 7 al 19 de diciembre en Montrreal.
Cerceda, a 22 de noviembre de 2022.- La investigación apunta a que océanos y humedales son una solución climática prioritaria, ya que almacenan gran parte del carbono que está agravando el cambio climático y proporcionan valiosos beneficios de adaptación a los fenómenos extremos.
Asimismo, los humedales resultan parte esencial de la salud de los océanos y la estabilidad climática al abarcar ríos, lagos, embalses y, en definitiva, todos los ecosistemas de agua dulce continentales, así como las marismas saladas. Buena parte de estas fuentes de agua transportan la contaminación terrestre a los océanos.
Los océanos cubren un poco más del 70% de la superficie del planeta. Han absorbido tanto el 30% del dióxido de carbono liberado a la atmósfera como el 90% del calentamiento global que se ha producido en los últimos decenios debido al incremento de los gases de efecto invernadero. No obstante, el aumento de las temperaturas y la acidez hacen que los mares se vuelvan inhóspitos para muchos organismos vivos, interrumpen las corrientes oceánicas y alteran las redes alimentarias.
El potencial de los océanos para funcionar como un sumidero gigante de carbono depende de su abundante biodiversidad. Por ejemplo, los manglares almacenan hasta cuatro veces más carbono por hectárea que la mayoría de los demás bosques tropicales del mundo, mientras que los sedimentos de los pastos marinos son uno de los almacenes de carbono más eficientes del planeta.
Asimismo, existe evidencia emergente de que el carbono se almacena en los cuerpos de animales marinos, Los corales, los manglares y los ecosistemas de pastos marinos son importantes caldos de cultivo para la enorme diversidad de animales marinos, que mantienen el océano en buen funcionamiento. Pero el impacto negativo causado de manera conjunta por las personas, los ríos contaminados y la calefacción global está comprometiendo gravemente la salud de los océanos y la vida que albergan.
REDUCIR EL IMPACTO DE LA HUMANIDAD
Las actividades humanas están destruyendo rápidamente estos ecosistemas oceánicos: la sobrepesca, la minería de aguas profundas, la infraestructura costera y el vertido del equivalente a un camión de basura de plástico en el océano cada minuto, entre otras.
La protección de los océanos requiere la implantación de medidas en mar y tierra: reducir el impacto humano directo sobre los mismos, limpiar los ríos contaminados, restaurar los humedales y desarrollar una economía circular.
En un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se llegó a la conclusión de que si el planeta se calienta 1,5 °C, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, desaparecerán entre el 70 y el 90% de los corales, y ,si llega a 2 °C, el 99% de los corales perecerán y con ellos una cuarta parte de toda la vida submarina que depende de estas colonias.
En un documento del PNUMA presentado durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, celebrada en junio de 2022, se destacan formas innovadoras de desbloquear y organizar la financiación a gran escala para alcanzar la ambición 30x30 de proteger el 30% de la tierra y los mares del planeta durante el próximo decenio. Esto se discutirá en la Conferencia de Biodiversidad de la ONU (COP15) en Montreal del 7 al 19 de diciembre.
Fuente: ONU Medio Ambiente
Imagen: Pixabay