- Los europeos consumen casi 26 kg y se desprenden de unos 11 kg de prendas de ropa cada año, que suelen acabar tiradas en lugar de donadas
- La industria textil es responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable, así como del 10% de las emisiones mundiales de carbono, mientras que el lavado de ropa sintética representa el 35% de los microplásticos primarios liberados en el medio ambiente
- La CE presentó en marzo de 2022 una nueva estrategia para propiciar que los textiles sean más duraderos, reparables, reutilizables y reciclables, hacer frente a la moda rápida y estimular la innovación en el sector
Cerceda, a 21 de junio de 2023.- La moda rápida, con el suministro constante de nuevos estilos a precios muy bajos, tiene un gran impacto sobre el medio ambiente.
Entre los años 2000 y 2015, la producción de ropa se vio duplicada, al tiempo que ha disminuido el uso medio que se hace de una prenda de vestir. Los europeos consumen casi 26 kg y se desprenden de unos 11 kg de prendas cada año, que suelen acabar tiradas en lugar de donadas. Menos de la mitad de la ropa usada se recoge para ser reutilizarla o reciclarla, y solo el 1% se recicla.
El sector consume mucha agua, además de tierras para cultivar algodón y otras fibras. Se estima que, para fabricar una sola camiseta de algodón, se necesitan 2.700 litros de agua dulce: la cantidad que una persona bebe en 2 años y medio.
El textil fue la tercera fuente de degradación del agua y del uso del suelo en 2020. Ese año se precisó de una media de 9 metros cúbicos de agua, el uso de 400 metros cuadrados de tierra y 391 kg de materias primas para proporcionar ropa y calzado a cada ciudadano de la UE.
Consumo y contaminación de agua, generación de microplásticos y emisiones de CO2
A través de los tintes y los productos de acabado, la industria textil es responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable. El lavado de ropa sintética representa el 35% de los microplásticos primarios liberados en el medio ambiente
El lavado de materiales sintéticos ha derivado en que, en la actualidad, más de 14 millones de toneladas de microplásticos hayan acabado en el fondo de los océanos.
Se calcula que la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones mundiales de carbono, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, las compras de textiles en la UE en 2020 generaron alrededor de 270 Kg de emisiones de CO2 por persona.
Hacia el cambio
Como parte del plan de acción de la economía circular, la Comisión Europea presentó en marzo de 2022 una nueva estrategia para propiciar que los textiles sean más duraderos, reparables, reutilizables y reciclables, hacer frente a la moda rápida y estimular la innovación en el sector.
La nueva estrategia incluye nuevos requisitos de diseño ecológico para los productos textiles, información más clara para el consumidor, un Pasaporte Digital de Producto y pide a las empresas que asuman su responsabilidad y actúen para minimizar sus huellas de carbono y medioambientales.
Las medidas para hacer frente a este problema van desde desarrollar nuevos modelos de negocio para alquiler de ropa, diseñar los productos de forma que sea más fácil reutilizarlos y reciclarlos (moda circular), convencer a los consumidores de que compren menos ropa de mejor calidad (moda lenta) y, en general, orientar el comportamiento de los consumidores hacia opciones más sostenibles.
En virtud de la directiva sobre los residuos aprobada por el Parlamento Europeo en 2018, los Estados miembros tienen que establecer una recogida separada de los textiles antes de 2025.
Fuente e imagen: Parlamento Europeo