- El Parlamento Europeo y el Consejo acordaron, de forma provisional, posibilitar que los envases sean más seguros y sostenibles, que todos sean reciclables y que se minimice la presencia de sustancias nocivas en los mismos
Cerceda, a 26 de marzo de 2024.- A principios de este mes, el Parlamento Europeo y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional sobre normas renovadas para reducir, reutilizar y reciclar envases, aumentar la seguridad e impulsar la economía circular.
Las nuevas medidas están orientadas a hacer que los envases utilizados en la UE sean más seguros y sostenibles, que todos sean reciclables y que se minimice la presencia de sustancias nocivas en los mismos, además de reducir los envases innecesarios, impulsar la adopción de contenido reciclado y mejorar la recogida y el reciclaje.
Menos embalaje y prohibición de químicos permanentes
El acuerdo establece objetivos de reducción de envases (5% para 2030, 10% para 2035 y 15% para 2040) y exige a los países de la UE que disminuyan, en particular, la cantidad de residuos de envases de plástico.
En este sentido, determinados formatos de envases plásticos de un solo uso quedarán prohibidos a partir del 1 de enero de 2030. Es el caso de los utilizados para frutas y verduras frescas sin procesar, para alimentos y bebidas consumidas en cafeterías y restaurantes, porciones individuales (por ejemplo, condimentos, salsas, cremas, azúcar), envases en miniatura para productos de tocador y envoltorios retráctiles para maletas en los aeropuertos.
Los eurodiputados también garantizaron la prohibición de las bolsas de plástico muy ligeras (menos de 15 micras), a menos que sean necesarias por razones de higiene o se proporcionen como embalaje primario para alimentos a granel con el fin de ayudar a evitar el desperdicio alimentario.
Más reutilización y todos reciclables
Con la pretensión de evitar efectos adversos para la salud, el Parlamento consiguió introducir la prohibición del uso de los llamados “químicos permanentes” (sustancias alquílicas perfluoradas y polifluoradas o PFAS) en envases en contacto con alimentos.
También se fijó un objetivo específico de, al menos el 10% para 2030, en el caso de los envases reutilizables de bebidas alcohólicas y no alcohólicas (excepto, por ejemplo, leche, vino y bebidas espirituosas), con la particularidad de que los Estados miembros pueden conceder una excepción de cinco años a estos requisitos bajo determinadas condiciones.
Los distribuidores finales de bebidas y comida para llevar en el sector de la restauración estarían obligados a ofrecer a los consumidores la posibilidad de traer su propio envase. También se les exigiría que se esforzaran por ofrecer el 10% de los productos en un formato de embalaje reutilizable.
Además, los Estados miembros deben incentivar a los restaurantes, cantinas, bares, cafeterías y servicios de catering para que sirvan agua del grifo (cuando esté disponible, de forma gratuita o por una tarifa de servicio baja) en un formato reutilizable o recargable.
Todos los envases deberán ser reciclables, cumpliendo criterios estrictos que se definirán mediante legislación secundaria. Se prevén determinadas exenciones para la madera ligera, el corcho, los textiles, el caucho, la cerámica, la porcelana o la cera.
Fuente: Parlamento Europeo
Imagen: Pexels