- Editorial del presidente ejecutivo de Sogama, Javier Domínguez Lino, correspondiente al último número de la Newsletter corporativa.
A fin de ayudar a los ayuntamientos a que cumplan con sus obligaciones en la gestión sostenible de los residuos, toda vez que se trata de una competencia municipal, y habida cuenta de que los plazos para el cumplimiento de los objetivos europeos apremian, la redacción de los proyectos básicos de las tres nuevas plantas públicas de biorresiduos que esta empresa pública construirá y gestionará en Galicia, ya están prácticamente culminados, sirviendo de base para las obras posteriores.
Si todo sigue su curso, estas tres instalaciones entrarán en operación a finales del año 2022 y se sumarán a la que ya está funcionando en Cerceda. De esta forma, la Xunta articulará una red de infraestructuras de la que formarán parte otras plantas de estas características, tanto públicas como privadas, actuales y futuras.
Los polígonos industriales de los municipios de Vilanova de Arousa (Pontevedra), Cervo (Lugo) y Verín (Ourense), acogerán sendas plantas de biorresiduos, que estarán apoyadas por 13 plantas de transferencia en las que se trasvasará la materia orgánica recogida selectivamente a través del quinto contenedor, de color marrón, para ser transportada a la de tratamiento.
Las tres instalaciones, que se autoabastecerán con energías renovables, estarán equipadas con las tecnologías más innovadoras a fin de dotar de la mayor fiabilidad y robustez posible al conjunto de la operativa, así como para posibilitar la máxima recuperación de subproductos con sistemas automáticos de clasificación. Y todo ello desde el máximo respeto ambiental. La pretensión última es obtener un compost estable y de alta calidad para su posterior uso, con plenas garantías, en la agricultura y jardinería.
El plan de acción contempla que, de los 295 ayuntamientos adscritos a Sogama, más de 280 dispongan de una planta de compostaje, o bien de una planta de transferencia, a menos de 50 quilómetros de distancia. En los restantes municipios, con un número de habitantes exiguo, sería suficiente con implantar el compostaje doméstico y/o comunitario para poner en valor los residuos orgánicos producidos.
Tras la ampliación del Complejo Medioambiental de Cerceda, al que se dotó en su momento con una planta de recuperación de materiales contenidos en la basura en masa que opera en línea con la industria 4.0, y que ha permitido incrementar la capacidad de tratamiento hasta 1 millón de toneladas anuales, la puesta en marcha de las tres instalaciones de biorresiduos, así como la remodelación de una buena parte de las plantas de transferencia de Sogama, posibilitará que Galicia dé otro gran paso hacia la sostenibilidad, cerrando el círculo del aprovechamiento de la materia orgánica, que regresará a la tierra con todas sus bondades.
Presidente
Javier Domínguez Lino