- El equipo de investigación de KAUST asegura que “el PET es mecánica y químicamente robusto, lo que lo hace útil para los procesos de filtración y purificación que requieren esterilización o limpieza con ácidos o lejía".
- En 2016, la producción mundial de PET alcanzó los 50 millones de toneladas, cantidad que representa aproximadamente el 9% de la producción total de plástico
- En torno al 30% de PET se usa en la industria alimentaria y, por lo general, este material se recicla en productos de menor valor. Transformarlo en membranas de filtración de mayor valor podría proporcionar un fuerte incentivo económico para mejorar las tasas de reciclaje.
Cerceda, a 7 de noviembre de 2019.- Los investigadores de KAUST han venido estudiando la forma de convertir las botellas plásticas de PET (Polietileno Tereftalato) en membranas porosas que podrían usarse como filtros moleculares en la industria química.
Indican que, en torno al 40% de la energía consumida en la industria química se destina a separar y purificar productos químicos en procesos intensivos como la destilación y la cristalización. En este contexto, el uso de membranas porosas para separar moléculas de líquidos podría reducir drásticamente el consumo energético. No obstante, la mayoría de las membranas convencionales no son lo suficientemente robustas como para soportar el tipo de solventes utilizados en la industria, y las membranas cerámicas alternativas suelen ser muy caras.
El equipo de KAUST asegura que “el PET es mecánica y químicamente robusto, lo que lo hace útil para los procesos de filtración y purificación que requieren esterilización o limpieza con ácidos o lejía".
En 2016, la producción mundial de PET alcanzó los 50 millones de toneladas, cantidad que representa aproximadamente el 9% de la producción total de plástico. En torno al 30% de PET se usa en la industria alimentaria, incluidas las botellas de plástico de un solo uso. Por lo general, este material se recicla en productos de menor valor, como telas para ropa. Transformarlo en membranas de filtración de mayor valor podría proporcionar un fuerte incentivo económico para mejorar las tasas de reciclaje.
Para crear las membranas, las investigaciones disolvieron el PET y luego utilizaron un solvente diferente para volver a solidificarlo, esta vez en forma de membrana en lugar de una botella.
El equipo probó una amplia gama de diferentes condiciones de procesamiento y solventes, y usó un aditivo llamado poli (etilenglicol) (PEG) para ayudar a formar poros dentro de las membranas de PET. Cambiar la concentración y el tamaño de las moléculas de PEG ayudó a controlar el número y el tamaño de los poros dentro de la membrana, y así ajustar sus propiedades de filtración.
Después de optimizar este proceso, se midió la facilidad con la que fluía el líquido a través de las membranas y la correcta separación de moléculas de diferentes tamaños. Las mejores membranas tenían tamaños de poro que oscilaban entre 35 y 100 nanómetros de ancho, con poros que cubrían hasta el 10% del área de la membrana, soportando bien los 100 grados centígrados.
Uno de los representantes del equipo de investigación manifestó que las membranas podrían usarse como soporte para capas delgadas de otros materiales de filtración, como los que se encuentran en las membranas de ósmosis inversa.
Fuente: Kaust Discovery
Imagen: Pixabay
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