- Ello se debe a dos factores de peso: una mayor conciencia ambiental y una creciente preocupación por llevar una alimentación sana y saludable
- Los productos de proximidad incentivan la economía local y suponen un mayor beneficio para los pequeños productores.
- No necesitan ser transportados durante largos recorridos, por lo que las emisiones de CO2 a la atmósfera son menores que aquellos que viajan miles de kilómetros.
- Asimismo, no suelen utilizar tantos embalajes de un solo uso para proteger los alimentos, lo que ayuda a reducir estos residuos.
Cerceda, a 15 de diciembre de 2021.- Una mayor conciencia ambiental y una creciente preocupación por llevar una alimentación sana y saludable, ha hecho que la sociedad prefiera comprar alimentos de proximidad. Estos productos, también llamados de kilómetro 0 o locales, son aquellos que se cultivan cerca de donde se van a consumir.
Según un sondeo realizado por Kantar Worldpanel , el 77% de los consumidores prefiere adquirir productos locales frente a otros talescomo los ecológicos. Esta corriente también ha llegado al sector de la restauración donde cada vez más restaurantes apuestan por incluir alimentos de kilómetro cero en sus platos, tal y como afirma la Fundación de Restaurantes Sostenibles, que aglutina a alrededor de 900 establecimientos que han incorporado prácticas responsables con el medio ambiente y la sociedad.
BENEFICIOS AMBIENTALES, ECONÓMICOS Y SOCIALES
Los productos de proximidad incentivan la economía local y suponen un mayor beneficio para los pequeños productores, ya que realizan directamente las ventas al consumidor o a través de intermediarios, ganando protagonismo en el mercado.
A nivel ambiental, no necesitan ser transportados durante largos recorridos, por lo que las emisiones de CO2 a la atmósfera son menores que aquellos que viajan miles de kilómetros. Además, no suelen utilizar tantos embalajes de un solo uso para proteger los alimentos, lo que ayuda a reducir estos residuos.
El consumo de alimentos locales estimula la compra de los conocidos “de temporada”, que son aquellos que se adquieren en el momento de cultivo, acción que también tiene un impacto menor en el planeta.
La agricultura y ganadería de cercanía ofrecen productos frescos, con una trazabilidad sencilla de seguir y con todas las garantías de calidad españolas (seguridad alimentaria, cumplimiento de los derechos laborales, etc.) a una sociedad que es cada vez más exigente y consciente.
Si bien la alimentación ecológica cuenta con una regulación clara y con etiquetas a nivel europeo y nacional que definen los parámetros que deben cumplir los productos para ser considerados como tales, los productos “bio” no siempre representan la opción más sostenible. Por ejemplo, la compra de aguacates ecológicos procedentes de Perú o Kenia tiene un impacto ambiental mayor que los cultivados en Andalucía, aunque estos no sean “eco”.
En el caso de los alimentos de proximidad, es difícil establecer límites. Al no haber una regulación o etiqueta europea ni nacional, cada persona o entidad atribuye su propio criterio a lo que significa “de kilómetro cero”.
La información y la transparencia son clave para cambiar los hábitos de consumo. Por ello, los productores y entidades pertinentes deben proporcionar la mayor cantidad de datos en relación a sus artículos.
Fuente: Sigfito
Imagen: Pexels