- En varios países ya se han establecido prohibiciones a los plásticos desechables y microplásticos en artículos de cuidado personal, pero preocupan especialmente las microfibras, el tipo más abundante de microplásticos en aguas residuales y aguas dulces, habiéndose identificado en el tracto intestinal del zooplancton.
- Se estima que alrededor del 35% de los microplásticos que acaban en los océanos tienen su origen en el lavado de textiles sintéticos.
- Una posible solución es desarrollar sistemas en los hogares para evitar que los microplásticos se liberen en las líneas de alcantarillado o en el medio ambiente, existiendo tecnologías que pueden eliminar el 97% de las microfibras.
- Se apunta también a la posibilidad de explorar la aplicación de gravámenes sobre telas o productos con altas emisiones de microfibras para ayudar a financiar los costes crecientes del tratamiento de esta problemática.
Cerceda, a 26 de marzo de 2020.- Muchos de los plásticos que se consumen en el mundo terminan en ríos, lagos y océanos. Con el paso del tiempo, se degradan y se desprenden de los mismos partículas más pequeñas llamadas microplásticos, que son todas aquellas de un tamaño menor a 5 mm. Los análisis de agua y sedimentos revelan que estas micropartículas se han extendido masivamente por los ecosistemas marinos y de agua dulce, así como en los suelos.
Otros microplásticos se añaden directamente a artículos de tocador y cosméticos, y llegan al medio ambiente a través de las aguas residuales de los hogares. Asimismo, estas minúsculas piezas también pueden generarse durante la abrasión de objetos plásticos, como la erosión de las llantas al rodar sobre el asfalto o el roce de los textiles sintéticos durante el lavado.
Los microplásticos vienen en una gran variedad de tamaños, colores y composiciones químicas, e incluyen fibras, fragmentos, gránulos, escamas, láminas o espumas, e ingresan a los cuerpos de agua a través de diferentes vías, por ejemplo la escorrentía de tierras contaminadas, las aguas residuales municipales o la deposición atmosférica.
Las microfibras, consideradas el tipo más abundante de microplásticos en aguas residuales y aguas dulces, preocupan especialmente. Se han identificado en el tracto intestinal de zooplancton, organismos que viven en los lechos de los ríos y mejillones, y pueden provocar un bloqueo intestinal y la muerte por inanición de estos animales.
ENFOQUES PARA HACER FRENTE A ESTE DESAFÍO
En varios países ya se han establecido prohibiciones a los plásticos desechables y microplásticos en artículos de cuidado personal. No obstante, la contaminación por microplásticos a partir del lavado de prendas sintéticas plantea otros desafíos. De hecho, se estima que alrededor de 35% de los microplásticos en los océanos procede del lavado de textiles sintéticos.
Así lo asegura Javier Mateo-Sagasta, coordinador de calidad del agua del Instituto Internacional de Gestión del Agua y coautor del estudio en alianza con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, quien explica que “una posible solución es desarrollar sistemas en los hogares para evitar que los microplásticos se liberen en las líneas de alcantarillado o en el medio ambiente; existen tecnologías que pueden eliminar el 97% de las microfibras".
Manifiesta que se hace necesaria una legislación efectiva más allá de los artículos de tocador, ya que, hasta ahora, las microfibras han quedado completamente fuera del ámbito de las políticas. “Necesitamos explorar la aplicación de gravámenes sobre telas o productos con altas emisiones de microfibras para ayudar a financiar los costes crecientes del tratamiento de este problema”.
Por su parte, Josiane Nikiema, líder del grupo de investigación sobre economía circular y contaminación del agua en el Instituto Internacional de Gestión del Agua y coautora del estudio, incide en que “el tratamiento de las aguas residuales y la escorrentía, y la gestión segura de los lodos de las depuradoras son hitos clave en el camino hacia el logro de estos resultados. La adopción y la implementación de las soluciones deben estar respaldadas por la legislación, tecnologías sólidas, instrumentos económicos, educación y conciencia que impulsen un cambio real sobre el terreno”.
Fuente e imagen: ONU Medio Ambiente