- El PNUMA ha desarrollado una hoja de ruta para reducir las emisiones en todos los sectores, en consonancia con los compromisos del Acuerdo de París y en favor de la estabilidad climática
- Los seis sectores identificados son: energía; industria; agricultura y alimentación; bosques y uso del suelo; transporte; y edificios y ciudades
Cerceda, a 25 de octubre de 2023.- Si bien el mundo ha padecido una nueva serie de fenómenos meteorológicos extremos, una de las tendencias más preocupantes ha sido lo que los científicos han denominado como "ola de calor oceánico sin precedentes en todo el planeta".
El pasado mes de junio se registraron las temperaturas medias más altas de la historia en la superficie de los océanos, con récords locales desde Irlanda hasta la Antártida. Las razones obedecen, según los expertos, a una combinación de factores: desde la crisis climática hasta los vientos sobre el desierto del Sáhara.
A medida que la humanidad quema combustibles fósiles, la atmósfera recibe cantidades ingentes de gases de efecto invernadero que calientan el planeta y gran parte de ese calor es absorbido por el océano. Esto no sólo provoca un aumento de las temperaturas marinas, sino que también hace que el océano sea menos eficaz en la absorción de dióxido de carbono, dejando que más gases de efecto invernadero penetren en la atmósfera.
Por su parte, los vientos, más débiles que su promedio habitual, han reducido la cantidad de polvo sahariano en la atmósfera, que suele disminuir la temperatura del mar al bloquear parte de la energía solar.
El aumento de las temperaturas marinas puede tener un efecto devastador en la vida marina, y ya se han producido mortandades masivas de animales y plantas. Asimismo, provocan la proliferación de algas nocivas, el blanqueamiento de los corales, el desplazamiento de especies marinas (que buscan aguas más frías) y la interrupción de las cadenas alimentarias. También puede perjudicar a las zonas terrestres, ya que provoca fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas y huracanes.
A medida que aumenta la temperatura del agua (y la temperatura media de los océanos ha subido 1,5ºC en el último siglo), se reduce la capacidad de los ecosistemas marinos de absorber los aumentos locales de temperatura, lo que, a su vez, incrementa todavía más la probabilidad de que se produzcan nuevas olas de calor marinas.
La Antártida, que desempeña un papel vital en la regulación del sistema climático de la Tierra, es cada vez más vulnerable a las olas de calor marinas, perdiendo, desde 1992, alrededor de 100.000 millones de toneladas de hielo al año.
Menos hielo marino, no sólo implica posibles crecidas del nivel del mar en el futuro, sino que significa que hay menos hielo para reflejar la energía del sol, lo que desemboca en temperaturas más altas del mar y olas de calor marinas más frecuentes, un círculo vicioso que podría acarrear graves consecuencias a escala mundial.
La solución de seis sectores
El PNUMA encabeza el apoyo al objetivo del Acuerdo de París de frenar el incremento de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 °C, y aspirar a alcanzar los 1,5 °C, en comparación con los niveles preindustriales. Para ello, ha desarrollado la Solución de los Seis Sectores, una hoja de ruta para reducir las emisiones en todos los sectores en consonancia con los compromisos del Acuerdo de París y en pos de la estabilidad climática. Los seis sectores identificados son: energía; industria; agricultura y alimentación; bosques y uso del suelo; transporte; y edificios y ciudades.
Fuente: ONU Medio Ambiente
Imagen: Pexels