- Editorial del presidente de Sogama, Javier Domínguez Lino, correspondiente a la última Newsletter corporativa del año.
Pronto dejaremos atrás un año que, además de haber dado el pistoletazo de salida a una nueva década, pasará a los anales de la historia como uno de los más trágicos que hemos vivido en las últimas décadas y con consecuencias devastadoras para muchas personas y sectores.
Pero si algo caracteriza al ser humano es su espíritu de adaptación y capacidad para hacer frente a las situaciones más adversas. La crisis sanitaria ha cambiado radicalmente nuestras pautas de conducta, nuestros hábitos y nuestros valores, y la incertidumbre ha pasado a ser el mantra diario con el que hemos tenido y tenemos que lidiar.
Aquello que antaño nos parecía insignificante, hoy casi lo calificamos como privilegio. El duro confinamiento sufrido en su momento, quizás nos haya servido para reencontrarnos con nuestra propia existencia y comprender el sentido de muchos servicios básicos y esenciales en los que no habíamos reparado.
Lo ordinario se ha transformado en extraordinario; las relaciones sociales personales han sido reemplazadas por un formato virtual cuasi futurista, y nuestros ojos se han convertido en la principal herramienta de comunicación. Y todo este cúmulo de cambios se han sucedido durante un exiguo período de tiempo en el que cada día constituía un reto a superar. “Un día más, un día menos”, era el lema con el que desafiábamos la maldita pandemia.
Desde Sogama hemos intentado poner nuestro grano de arena para que el tratamiento de residuos, a pesar de las adversidades derivadas del impacto del COVID-19, siguiese su curso, enfrentándonos, en la primera ola, a los contratiempos propios de la escasez de suministros críticos para el correcto funcionamiento de nuestras instalaciones y la gran preocupación por preservar la salud de los trabajadores y garantizar el servicio al conjunto del territorio gallego.
Estamos ante unas Navidades atípicas, con ausencia de muchos seres queridos y con menos fiestas y celebraciones, pero nadie nos puede arrebatar la ilusión por un nuevo año que al menos sirva para cicatrizar heridas, que nos aporte un poco sosiego y tranquilidad, y que nos abra la puerta a un futuro esperanzador.
En Sogama seguiremos arrimando el hombro haciendo lo que mejor sabemos: gestionar de forma sostenible los residuos urbanos producidos por más de 2.242.000 habitantes para evitar que estos representen una amenaza para el medio ambiente y la salud pública.
Nuestro mayor deseo para 2021: que sea el año de la RECUPERACIÓN.
Presidente
Javier Domínguez Lino