- Las pérdidas y el desperdicio de comida dan lugar a una gran presión sobre los recursos naturales.
- Cuando desperdiciamos alimentos, desperdiciamos mano de obra, dinero, elementos valiosos que se emplean en la producción de los mismos, además de los propios asociados al transporte.
- Servir pequeñas raciones, aprovechar las sobras, comprar solo lo que se necesite, revisar la nevera, entender las fechas y donar los excedentes son algunas de las claves para luchar contra este fenómeno.
Cerceda, a 10 de agosto de 2020.- Un tercio de los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano se pierden o desperdician. Y esto es así a pesar de que el hambre sigue en aumento. En la lucha contra este fenómeno, todos tenemos un papel que desempeñar.
En los países en desarrollo, un 40% de las pérdidas tiene lugar en las etapas de postcosecha y procesamiento. Es lo que se conoce como pérdidas de alimentos. En los países industrializados, el mismo porcentaje (40%) de las pérdidas se produce a nivel del comercio minorista y del consumidor. Tirar alimentos que no son vendidos o que no son consumidos en el hogar, restaurantes o cafeterías se denomina desperdicio de comida.
Esto da lugar a una gran presión sobre los recursos naturales, con la particularidad de que, cuando desperdiciamos comida, desperdiciamos la mano de obra, el dinero y recursos valiosos (como semillas, agua, pienso, etc.) que se emplean en la producción de los mismos, además de los propios asociados al transporte, lo que contribuye al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y al cambio climático.
La FAO se está asociando con gobiernos, organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil para crear conciencia e implementar acciones para abordar la raíz del problema.
Es preciso hacer del no desperdicio nuestro estilo de vida y cambiar hábitos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura nos da las claves.
• Pequeñas cantidades. Sirve o come porciones de comida más pequeñas en tu casa y comparte con tus amigos en los restaurantes, en caso de que las porciones sean muy grandes.
• Reutiliza tus sobras para otra comida o utilízalas en un plato diferente.
• Compra sólo lo que necesitas. Haz una lista y procura seguirla. No compres más de lo que puedes consumir.
• Deja los prejuicios a un lado. Compra frutas y verduras "feas" o irregulares. Son igual de buenas, pero un poco diferentes.
• Revisa tu refrigerador. Almacena los alimentos a una temperatura entre 1 y 5 grados centígrados para una frescura y una vida útil máximas.
• Primero en entrar, primero en salir. Trata de usar productos que hayas comprado anteriormente. Mueve los más viejos al frente y coloca los nuevos en la parte posterior.
• Entender las fechas. “Consumir antes de” indica una fecha en la que el alimento es seguro para ser consumido, mientras que "Consumir preferentemente antes de" significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero sigue siendo seguro para el consumo después de esta. Otra fecha que se puede encontrar en los paquetes de alimentos es la de "Caducidad", la cual es útil para la rotación del inventario para los fabricantes y minoristas.
• Compostar. Algunos desperdicios de alimentos pueden ser inevitables. El compostaje doméstico constituye una magnífica opción para ponerlos en valor a través de su conversión en un abono natural.
• Dona el excedente; compartir es vivir.
Fuente: FAO
Imagen: Pixabay