- La única salida que en la actualidad se está dando a estos subproductos es la alimentación animal o la eliminación directa.
- El proyecto busca explotar la biomasa marina mediante el desarrollo de soluciones de almacenamiento, tecnologías de clasificación y herramientas de decisión que garanticen un sistema de suministro eficiente y sostenible para las materias primas secundarias procedentes de las actividades de este sector.
- Con un presupuesto asignado superior a 4 millones de euros y una duración de 4 años, WaSeaBi arrancó el pasado mes de mayo en Copenhague.
- En el mismo participan 13 socios de Dinamarca, Suecia, España, Francia y Bélgica.
Cerceda, a 4 de junio de 2019.- La cadena de valor de la pesca y la acuicultura tiene un peso importante en la economía de la Unión Europea, generando una facturación global de casi 28.000 millones de euros, además de dar empleo a alrededor de 122.000 personas.
No obstante, el sector se enfrenta al desafío de gestionar de forma adecuada los subproductos procedentes de la pesca y de la acuicultura como es el caso de vísceras, sobrantes o pescados de escaso valor comercial, que representa aproximadamente 1,5 millones de toneladas sobre las 5,1 millones de toneladas de pescado capturado. La única salida que en la actualidad se está dando a estos subproductos es la alimentación animal o la eliminación directa.
Así las cosas, se hace necesario llevar a cabo una gestión más sostenible de esos subproductos y darles un valor superior, siendo éste precisamente el objetivo del proyecto europeo WaSeaBi, en el que participan 13 socios de Dinamarca, Suecia, España, Francia y Bélgica.
AZTI, centro tecnológico con sede en Vizcaya experto en la cadena de valor del mar, liderará uno de los grupos de trabajo de esta iniciativa, que se encargará de obtener compuestos de alto valor derivados de los productos generados.
Tal y como explica Bruño Iñarra, responsable en AZTI del proyecto, trabajarán con ocho corrientes o materias primas secundarias como es el caso de las aguas de cocción y las conchas de los moluscos o descartes pesqueros, elementos que servirán, por ejemplo, para la obtención de aromas para consumo alimentario, suplementos minerales para uso humano y animal o péptidos bioactivos para uso en alimentación animal.
El proyecto, que arrancó el pasado mes de mayo en Copenhague, tiene un presupuesto asignado superior a 4 millones de euros y una duración de 4 años y busca explotar la biomasa marina mediante el desarrollo de soluciones de almacenamiento, tecnologías de clasificación y herramientas de decisión que garantizarán un sistema de suministro eficiente y sostenible para las materias primas secundarias procedentes de la acuicultura, la pesca y las industrias de procesado.
El 77% de la financiación de este proyecto procede de la herramienta Bio Based Industries Join Undertaking, dentro del programa de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte 2020.
Fuente: Azti
Imagen: Pixabay
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