- Aunque el desperdicio alimentario es habitual durante todo el año, en estas Fiestas se ve incrementado al comprar más productos de los que realmente necesitamos, servir porciones más grandes de lo que podemos comer, olvidarnos de lo que tenemos en la nevera, etc.
- La FAO proporciona 15 consejos de gran utilidad para evitar que la comida acabe en el cubo de la basura
Cerceda, a 23 de diciembre de 2022.-Aunque el desperdicio alimentario es una tónica habitual durante todo el año, en las Fiestas de Navidad se ve incrementado al comprar más productos de los que realmente necesitamos, servir porciones más grandes de lo que podemos comer, olvidarnos de lo que tenemos en la nevera, etc.
Estas malas prácticas suponen una mayor presión sobre los recursos naturales, con la particularidad de que, cuando desperdiciamos alimentos, tiramos por la borda el trabajo y el esfuerzo de los agricultores, la inversión realizada, los combustibles necesarios para el transporte de mercancías, etc, sin olvidar que se contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, al cambio climático.
Solo entre la cosecha y el nivel minorista se pierde cerca del 14% del total de alimentos producidos en todo el mundo, desperdiciándose también grandes cantidades por parte del consumidor.
Además, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos es esencial en un mundo en el que millones de personas padecen hambre a diario. La FAO sugiere 15 medidas fáciles que pueden adoptarse para restablecer la conexión con los alimentos y lo que significan:
1. Adopta una dieta más saludable y sostenible
La vida se mueve deprisa y preparar comidas nutritivas puede ser complicado, pero las comidas saludables no tienen por qué ser elaboradas.
2. Compra solo lo que necesitas
Planifica tus comidas. Prepara una lista de la compra y cíñete a ella, evitando las compras impulsivas.
3. Elige frutas y hortalizas feas
No juzgues los alimentos por su apariencia. A menudo, se tiran a la basura frutas y hortalizas magulladas o con formas extrañas porque incumplen unas normas cosméticas arbitrarias. No te preocupes, el sabor es el mismo.
4. Almacena los alimentos con sensatez
Traslada los productos más antiguos a la parte delantera del armario o el frigorífico y coloca los nuevos en la parte trasera. Utiliza recipientes herméticos para mantener frescos en el frigorífico los alimentos abiertos y asegúrate de cerrar los paquetes.
5. Comprende el etiquetado de los alimentos
Hay mucha diferencia entre las fechas de “consumo preferente” y “caducidad”. A veces los alimentos continúan siendo inocuos para el consumo pasada la fecha de “consumo preferente”, mientras que la fecha de “caducidad” indica el momento en que el consumo deja de ser inocuo.
6. Empieza por lo pequeño
Sirve en casa porciones más pequeñas o comparte platos más grandes en los restaurantes.
7. Valora las sobras
Si no se come todo lo que se prepara, congélalo para más adelante o utiliza las sobras como ingrediente de otra comida.
8. Haz uso de los alimentos desperdiciados
En lugar de tirar a la basura desechos de comida, elabora compost con ellos. De esta forma devolverás nutrientes al suelo y reducirás tu propia huella de carbono.
9. Respeta los alimentos
Los alimentos nos ponen en conexión a todos. Restablece la conexión con los alimentos conociendo el proceso de producción que comportan.
10. Apoya a los productores de alimentos locales
Comprando productos locales, prestas apoyo a agricultores familiares y pequeñas empresas de tu comunidad. También contribuyes a la lucha contra la contaminación reduciendo las distancias que recorren los vehículos de transporte.
11. Mantén a flote las poblaciones de peces
Consume especies de peces que abunden más, antes que otras que corren peligro de sobreexplotación. Compra pescado capturado o criado de forma sostenible.
12. Usa menos agua
No podemos producir alimentos sin agua. Aunque es importante que los agricultores utilicen menos agua para cultivarlos, la reducción del desperdicio de alimentos también ahorra todos los recursos hídricos empleados en su producción.
13. Mantén limpios los suelos y el agua
Algunos desperdicios domésticos son, en potencia, peligrosos y nunca deben echarse a un cubo de basura general. Se filtran en nuestros suelos y nuestro suministro de agua, perjudicando a los recursos naturales con los que se producen nuestros alimentos.
14. Come más legumbres y verduras
Trata de consumir con más frecuencia comidas a base de legumbres o cereales.
15. Compartir es cuidar
Ya existen aplicaciones a través de las cuales comercios, supermercados, etc, pueden ofertar los excedentes de alimentos, evitando que éstos acaben en la basura.
Saludos, Departamento de Comunicación
Fuente: FAO
Imagen: Pixabay