- Todo apunta a que la tendencia habitual es abandonarlos en los cajones del hogar cuando dejan de funcionar, acabando en muchos casos en el cubo de la basura, junto con el resto de los residuos.
- Se estima que sólo se recupera y se recicla el 20% del total, por lo que los expertos aconsejan proceder a la reparación de estos aparatos, a su reutilización y a su depósito en los lugares habilitados cuando son irrecuperables (distribuidores y puntos limpios) para proceder a su reciclado.
- A nivel mundial, cada año se generan 44,7 millones de toneladas de basura electrónica, alrededor de 6,1 kg por habitante y año, cantidad equivalente a 4.500 torres Eiffel.
Cerceda, a 24 de enero de 2019.- La cara amable de las nuevas tecnologías se desvanece con las malas prácticas a la hora de gestionar los residuos producidos, que crecen tres veces más rápido que los urbanos.
Cada vez son más los ciudadanos que disponen de varios dispositivos electrónicos con una vida muy limitada. Ordenadores, pantallas, tabletas, televisores y smartphones, entre otros, conforman, a nivel global, la mitad de los desechos electrónicos. Los móviles se llevan la palma, con la particularidad de que, en muchos casos, quedan abandonados en los cajones de las casas, cuando su destino debería ser la reparación o bien los lugares habilitados para su recogida (distribuidores o puntos limpios) a fin de posibilitar su posterior reciclado, dados los valiosos elementos que los conforman.
Los investigadores del departamento de Ingeniería Mecánica y Construcción de la Universidad Jaume I (UJI) realizaron un estudio para saber qué hace el ciudadano cuando sus dispositivos electrónicos dejan de funcionar. Y la tendencia habitual es el abandono en el propio hogar. Así lo asegura el 73,91% de los encuestados, mientras que el 65,5% nunha ha llevado a reparar un gadget y el 87,6% nunca ha adquirido uno ya utilizado.
Los expertos apuntan a la necesidad de que la población tome conciencia de la necesidad de reparar y reutilizar los dispositivos electrónicos como una medida básica para proteger el medio ambiente y, cuando estos dos pasos no son posibles, la opción debe ser el reciclado. En definitiva, alargar la vida útil de los productos.
No obstante, la realidad apunta a que, cuando la población se deshace de artículos de estas características, acaban en muchos casos en el cubo de la basura. Una práctica con riesgos debido a sus componentes tóxicos y peligrosos. Se estima que sólo se recupera y se recicla el 20% del total.
La legislación europea en la materia ha hecho posible que Europa sea el continente donde estos residuos son recogidos en mayor medida para proceder a su recuperación.
LOS DATOS
- A nivel mundial, cada año se generan 44,7 millones de toneladas de basura electrónica, alrededor de 6,1 kg por habitante y año, cantidad equivalente a 4.500 torres Eiffel.
- Según el Observatoriio mundial de los residuos electrónicos de 2017, se prevé que este volumen alcance los 55,2 millones de toneladas métricas, esto es, en torno a 6,8 kg por persona para el año 2021.
- En nuestro país, la cifra de la basura electrónica se eleva a 930.000 toneladas, según el informe E Waste Monitor 2017.
Fuente e imagen: Ecoticias
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