- Esta iniciativa dio sus primeros pasos en abril, en pleno confinamiento. El cierre de comedores escolares obligó a muchas empresas a tirar sus productos y esta situación llevó a RobinGood a buscar una salida para esos excedentes y darles una segunda vida.
- Asimismo, se propicia que la comida destinada a perderse o desaprovecharse se pueda transformar en productos alimenticios sostenibles, participando en su elaboración personas de colectivos en riesgo de exclusión, convirtiéndola en una vía para su reinserción laboral y social.
Cerceda, a 9 de noviembre de 2020.- El proyecto Robin Food, fruto de un acuerdo entre el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), el grupo cooperativo Eroski y la ‘start-up’ RobinGood, dedicada a la comercialización de productos elaborados por personas de colectivos vulnerables, se ha propuesto un triple objetivo: evitar el excedente de toneladas de alimentos, dar empleo a personas en riesgo de exclusión y generar nuevos productos saludables para su distribución y venta en tiendas a nivel nacional.
Mediante esta alianza estratégica se aprovechan excedentes alimentarios, como fruta, leche, verduras y pan, para darles una segunda oportunidad. A la reutilización de esos artículos, se añade la elaboración artesanal de nuevos productos, realizados con ingredientes de proximidad.
El proyecto dio los primeros pasos en abril, en pleno confinamiento. El cierre de comedores escolares obligó a muchas empresas (granjas, por ejemplo) a tirar su producción. Esta situación llevó a RobinGood a buscar una salida para esos excedentes y darles una segunda vida. Sólo en relación a la leche, ya se han ‘rescatado’ 20.000 litros en este último medio año.
Pero esta iniciativa va mucho más allá al propiciar que esa comida destinada a perderse o desaprovecharse se pueda transformar en alimentos sostenibles, participando en la elaboración de los mismos personas de colectivos en riesgo de exclusión (dependientes, sin hogar, con discapacidad…), convirtiéndose en una vía para su reinserción laboral y social.
El resultado son alimentos saludables, sin azúcares añadidos. Entre ellos, se encuentran cremas de verduras, galletas artesanas, así como palitos de pan con zanahoria y barritas de pan con pipas o con queso. Este año 2020 se espera producir 40.000 unidades de estos productos.
Asimismo, se vela en todo momento por la protección del medio ambiente con envoltorios sostenibles, biodegradables y libres de plástico.
El último paso de todo este proceso es la distribución de los artículos, responsabilidad que recae en la ‘start-up’ RobinGood.
Se trata de productos 100% sociales, que tienen como misión crear oportunidades laborales y aumentar la contratación de personas en riesgo de exclusión social a través del fomento del consumo consciente y responsable.
Además de haberse puesto en en marcha en España, el proyecto también se ha activado en Bélgica y Países Bajos.
OTRAS INICIATIVAS SIMILARES
Además, en estos últimos meses se han promovido otras iniciativas similares con un carácter social. EIT Food, cuya misión es fomentar el emprendimiento, la educación y la innovación del sector agroalimentario, decidió durante el confinamiento atender a niños de familias con pocos recursos mediante una iniciativa denominada ‘Los Salvacomidas’. En este proyecto participaron el Banco de Alimentos, la cooperativa Ausolan y varias empresas del sector, y se distribuyeron 60.000 menús saludables.
Fuente: FuturEnviro
Imagen: Pixabay