- Un nuevo informe elaborado por el Instituto Chatham House, con el apoyo del PNUMA y la organización Compassión in World Farming, pide una reforma urgente de los sistemas alimentarios a través de tres acciones interdependientes: cambiar los patrones alimentarios globales, conservar áreas exclusivamente silvestres y cultivar de una manera más amigable con la naturaleza.
Cerceda, a 22 de febrero de 2021.– Un nuevo informe del instituto Chatham House, que lleva por título “Impactos del sistema alimentario en la pérdida de biodiversidad”, y que fue apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización Compassion in World Farming, apela a la necesidad de transformar los sistemas alimentarios para frenar la pérdida de biodiversidad. Con tal fin, describe tres acciones interdependientes:
En primer lugar, avanzar hacia dietas más ricas en vegetales. Tal cambio, junto con la reducción del desperdicio mundial de alimentos, disminuiría la demanda y la presión sobre el medio ambiente y la tierra, beneficiaría la salud de las poblaciones de todo el mundo y ayudaría a minimizar el riesgo de pandemias.
En segundo lugar, proteger más tierras y preservar áreas exclusivamente silvestres. Las modificaciones en la dieta humana son esenciales para preservar los ecosistemas nativos existentes y restaurar aquellos que han sido eliminados o degradados.
En tercer lugar, cultivar de una manera más respetuosa con la naturaleza, limitando el uso de insumos y reemplazando el monocultivo con prácticas agrícolas de policultivo.
Según los autores del documento, el sistema alimentario global es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad, del cambio climático y es responsable de alrededor de 30% del total de emisiones producidas por el hombre.
En las últimas décadas, lossistemas alimentarios han seguido el paradigma de producir más alimentos a menor costo mediante el aumento en el uso de insumos como fertilizantes, pesticidas, energía, tierra y agua. Este modelo conduce a un círculo vicioso: el menor costo de producción crea una mayor demanda de alimentos que también deben producirse a un bajo costo a través de una mayor intensificación y un mayor desmonte de tierras.
El cambio dietético es necesario para devolver la tierra a la naturaleza y permitir la adopción generalizada de una agricultura amigable con el medio ambiente. Cuanto más se adopte esta primera acción, más margen habrá para las otras dos recomendaciones.
Los hallazgos y consejos del nuevo estudio de Chatham House se presentaron durante un evento en línea que incluyó oradores de las organizaciones involucradas, así como la primatóloga Jane Goodall, fundadora del Instituto Jane Goodall y Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas.
Fuente: ONU Medio Ambiente
Imagen: Pexels