- Son el polietileno, el polipropileno y el poliestireno, tal y como se recoge en un nuevo trabajo publicado en la revista Marine Pollution Bulletin por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona.
- El estudio ha contemplado el análisis de cerca de 2.500 muestras de materiales plásticos obtenidos en diferentes campañas oceanográficas.
- En el mismo se señala que las circunstancias de los microplásticos encontrados podría indicar un estado de degradación avanzado y, por tanto, una larga permanencia en el medio marino.
- Se describe por primera vez el potencial de los microplásticos para integrarse en los agregados orgánicos marinos, formados por partículas de origen orgánico y minerales.
Cerceda, a 25 de marzo de 2019.- Según un nuevo trabajo publicado en la revista Marine Pollution Bulletin por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, el polietileno, el polipropileno y el poliestireno son los tipos de microplásticos más abundantes en las aguas costeras del Mediterráneo, siendo también abundantes los polímeros de nylon, el poliuretano (PUR), el polietileno tereftalato (PET), el etilvinilacetato (EVA), el policloruro de vinilo (PVC), el crilonitril butadieno estireno (ABS) y polímeros fluorocarbonados.
La investigación ha contemplado el análisis de cerca de 2.500 muestras de materiales plásticos obtenidos en diferentes campañas oceanográficas a lo largo de un eje norte-sur en cada una de las áreas de estudio.
Hasta el momento, ninguna investigación científica ha podido verificar con detalle el tiempo de permanencia del plástico en el mar antes de que se degrade o quede enterrado. No obstante, este estudio señala que los microplásticos encontrados en las costas mediterráneas peninsulares son redondeados, de tamaño muy pequeño (en torno a un milímetro) y de bajo peso específico, circunstancia que podría indicar un estado de degradación avanzado y, por tanto, una larga permanencia en el medio marino.
Se identifican lugares en el litoral peninsular con concentraciones máximas de hasta 500.000 microplásticos por kilómetro cuadrado, un valor muy superior al medio, que es de 100.000 mp/km2.
Dado que los plásticos no siempre tienen la misma composición, es difícil precisar su destino final en el medio marino. No obstante, el estudio describe por primera vez el potencial de los microplásticos, especialmente de los más pequeños de forma angular, para integrarse en los agregados orgánicos marinos, formados por partículas de origen orgánico y minerales. Un 40% de los microplásticos (en cantidad) y un 25% (en masa) pueden formar estos agregados marinos; un proceso que podría facilitar el hundimiento y acumulación de los microplásticos poco densos en los fondos marinos y, por tanto, lejos de la luz ultravioleta de la radiación solar, único agente capaz de degradarlos.
AMENAZA PARA LOS ECOSISTEMAS MARINOS
Los plásticos que flotan en la superficie del mar son ingeridos a menudo por los organismos marinos, que los confunden con alimento. El zooplancton incluso es capaz de ingerir microplásticos y expulsarlos en forma de pélets fecales que pueden alcanzar los grandes fondos marinos.
Aparte de los aditivos que ya contienen de por sí, los microplásticos pueden incorporar a la cadena trófica compuestos tóxicos presentes en el agua marina (metales, bifenilos policlorados, contaminantes orgánicos y otros). Transportados por las corrientes marinas, estos materiales plásticos también pueden convertirse en vehículos de dispersión de especies invasoras y organismos patógenos.
Fuente: Universidad de Barcelona
Imagen: Pixabay
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