- Promovido por la Red de Escuelas Asociadas de esta organización, la pretensión era convertir la educación en un pilar fundamental de la respuesta internacional al cambio climático.
- Los colegios adscritos al proyecto hicieron más ecológicos sus locales, mejoraron la gestión del agua, de los desechos y la energía, y ganaron en salud y bienestar.
- La UNESCO ha elaborado una guía denominada Getting Climate-Ready (prepararse para el clima), que aboga por integrar a "toda la escuela" en las buenas prácticas ambientales, posibilitando un aprendizaje más significativo, una reducción de la huella ecológica y un ahorro de recursos.
Cerceda, a 25 de marzo de 2020.- Un total de 258 centros educativos de 25 países participaron en su momento en un proyecto piloto promovido por la Red de Escuelas Asociadas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cuyo objetivo era integrar la sostenibilidad en todos los aspectos de la vida escolar, incluida la acción vinculada al clima.
A través de esta iniciativa, se pretendía convertir la educación en un pilar fundamental de la respuesta internacional al cambio climático, al tiempo que dotaba a los estudiantes de los conocimientos necesarios para luchar contra la crisis y adaptarse a sus impactos.
Estudiantes y profesores de distintos centros escolares participaron en una amplia gama de actividades relacionadas con la sostenibilidad. Es el caso del uso de vidrio reciclado para fabricar esmaltes que se usan en las clases de cerámica y la elaboración de filtros de agua para prevenir enfermedades asociadas al agua contaminada.
Otras escuelas se centraron en las mejoras de los inmuebles. Por ejemplo, compensando el impacto medioambiental de los edificios a través de la plantación de árboles y vegetación, sustituyendo equipos de aire acondicionado por alternativas más respetuosas con el entorno o construyendo jardines colgantes con botellas y neumáticos reciclados.
Los colegios adscritos al proyecto hicieron más ecológicos sus locales, mejoraron la gestión del agua, de los desechos y de la energía, y ganaron en salud y bienestar. Asimismo, estudiantes y profesores adquirieron una mayor conciencia ambiental y visualizaron cómo sus comunidades pueden ser más sostenibles y resistentes al cambio climático.
El éxito del programa piloto, que se llevó a cabo entre 2016 y 2018, ha impulsado a la Red a invitar a todos sus miembros (11.500 escuelas en 180 países) a adoptar un enfoque similar y a elaborar planes de acción para contrarrestar el cambio climático en el ámbito local.
GUÍA CLIMÁTICA
La UNESCO ha elaborado una guía denominada Getting Climate-Ready (prepararse para el clima), que aboga por integrar a "toda la escuela" en la lucha contra el cambio climático, posibilitando un aprendizaje más significativo, una reducción de la huella ecológica y un ahorro de recursos.
Aunque, a priori, la acción climática se vincula a algunas asignaturas como las científicas o la geografía, la guía también incluye a otro tipo de materias como la historia, que permite analizar cómo las sociedades reaccionaron a los desafíos ambientales en el pasado.
Otras asignaturas, como la lengua y la literatura, ayudan a los estudiantes a desarrollar las habilidades comunicativas necesarias para responder a los problemas locales y globales. Por su parte, a través de las matemáticas pueden elaborar gráficos que muestren los cambios de uso energético en la escuela, mediante la educación cívica pueden entrevistar a los funcionarios locales en relación con las medidas que están adoptando para abordar esta problemática.
EDUCACIÓN PARA EL CAMBIO
De acuerdo con un informe de la UNESCO publicado en diciembre de 2019, casi todos los países mostraron su compromiso con la educación ligada al cambio climático. El estudio reveló que el compromiso más frecuente es la concienciación y que el aprendizaje más tratado es el cognitivo en lugar del aprendizaje social y emocional o de comportamiento. Sin embargo, también mostró que los progresos reales son difíciles de supervisar debido a la falta de datos.
Las Naciones Unidas piden una transformación de la economía mundial centrada en la tecnología, la ciencia, las finanzas y el talento que garanticen un futuro sostenible para todos. Sin embargo, esto sólo será posible si los alumnos que finalizan sus estudios poseen las aptitudes necesarias para responder a las demandas de esta nueva economía más ecológica.
Fuente e imagen: UNESCO