- Hoy, 16 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Alimentación con la pretensión de llamar a la acción a todos los actores sociales para avanzar hacia el Hambre Cero en el Mundo, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Un nuevo informe de UNICEF revela que 200 millones de menores de 5 años están malnutridos o son obesos debido a una alimentación de mala calidad, empeorada todavía más por factores tales como la pobreza, la urbanización o el cambio climático.
- Para buscar una solución a las distintas formas de malnutrición, esta organizacion aboga por la utilización de las legislaciones que han tenido éxito para disminuir la demanda de determinados alimentos no saludables, al tiempo que insta a los proveedores a incentivar la comida sana a precios asequibles con un etiquetado claro y preciso.
Cerceda, a 16 de octubre de 2019.- Hoy, 16 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Alimentación con el propósito de llamar a la acción a todos los actores sociales para avanzar hacia el Hambre Cero en el Mundo, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los datos resultan paradójicos y también muy preocupantes: mientras que 820 millones de personas padecen hambre, más de 672 millones de adultos y 124 millones de jóvenes con edades comprendidas entre los 5 y los 19 años, son obesos. A estas cifras habría que añadir que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano acaban desperdiciados.
La FAO pone de relieve que el “Hambre Cero” también significa lograr una dieta saludable, sostenible y asequible para todos.
200 MILLONES DE NIÑOS MALNUTRIDOS
Asimismo, un nuevo informe de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) revela que 200 millones de menores de 5 años están malnutridos o son obesos debido a una alimentación de mala calidad, empeorada todavía más por factores tales como la pobreza, la urbanización o el cambio climático.
Además, cerca de dos terceras partes de los pequeños de entre 6 meses y 2 años no reciben los nutrientes que necesitan para su crecimiento, con el riesgo que ello supone a nivel de desarrollo físico y capacidad de aprendizaje.
Lejos de que esta problemática vaya a menos, UNICEF prevé que la tendencia continuará, asegurando que ningún país ha reducido los niveles de sobrepeso y obesidad en las últimas dos décadas. Recuerda que los malos hábitos alimenticios empiezan desde los primeros días de vida, ya que sólo el 42% de los bebés menores de seis meses son alimentados exclusivamente por amamantamiento.
También es habitual que, cuando los niños pasan de la leche a los alimentos sólidos, se les proporcionen productos inapropiados. Casi el 45% de los menores de 2 años no come frutas ni verduras y cerca del 60% no come huevo, lácteos, pescado o carne.
A medida que crecen, están cada vez más expuestos a alimentos poco saludables, principalmente a causa de la publicidad, y consumen ultraprocesados, comida rápida y bebidas azucaradas.
En el período comprendido entre los años 2000 y 2016, la proporción de sobrepeso en los niños y jóvenes de entre 5 y 19 años aumentó de un 10 a un 20%.
Las comunidades más pobres y marginadas son las que sufren mayor malnutrición infantil, un fenómeno que se agrava por los desastres climáticos, ya que desencadenan crisis alimentarias graves y encarecen los precios de la comida, además de perjudicar la calidad de los productos agrícolas.
LA SOLUCIÓN: EN MANOS DE TODOS
Para buscar una solución a las distintas formas de malnutrición, UNICEF ha hecho una llamada a todos los colectivos para ayudar a que los niños crezcan sanos. Aboga igualmente por la utilización de las legislaciones que han tenido éxito para disminuir la demanda de alimentos no saludables, como ha ocurrido con los impuestos a las bebidas azucaradas.
Insta también a los proveedores de alimentos a incentivar la comida sana a precios asequibles con un etiquetado claro y preciso, así como a la realización de controles estrictos de la comercialización de determinados alimentos.
Fuente: FAO
Imagen: Pixabay
Saludos, Departamento de Comunicación