- La viabilidad técnica del proyecto ha quedado acreditada tras superar las correspondientes pruebas de resistencia y durabilidad: primero en laboratorio y después en planta cementera.
- El hormigón desarrollado tiene una densidad de 1.800 kilogramos por metro cúbico, 700 menos que el tradicional, circunstancia que permite aligerar la estructura de los edificios y, por tanto, disminuir los daños de los terremotos.
Cerceda, a 30 de agosto de 2019.- Eva María Sánchez García, doctoranda de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), expuso y defendió su tesis en la que dio cuenta del desarrollo de un hormigón sostenible a partir de plástico y corcho reciclado.
El proyecto se llevó a cabo en el Grupo de Investigación de Ciencia y Tecnología Avanzada de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación, dentro del Programa de Doctorado en Tecnología y Modelización en Ingeniería Civil, Minera y Ambiental de la UPCT.
La viabilidad técnica del mismo ha quedado acreditada tras superar las correspondientes pruebas de resistencia y durabilidad, que fueron realizadas, en primera instancia, en laboratorio y, posteriormente, en la planta cementera de Cementos la Cruz, entidad que, junto con el CDTI, financió esta iniciativa.
El hormigón desarrollado tiene una densidad de 1.800 kilogramos por metro cúbico, 700 menos que el tradicional; una característica de gran relevancia, ya que permite aligerar la estructura de los edificios y, por tanto, disminuir los daños de los terremotos. Tal y como señaló la investigadora “los seísmos ejercen sobre el edificio una aceleración debida en gran parte al propio peso de la estructura”. Asimismo, indicó que estructuras más livianas son más sostenibles y económicas, pues “se necesita menos de todo”.
Para reducir el peso del hormigón, la doctoranda y su director de tesis, Carlos Parra Costa, han sustituido casi la mitad del volumen de grava y arena por plástico reciclado y corcho desechado procedente de la industria agrícola. Y precisamente la inclusión de áridos reciclados constituye la novedad que aporta la tesis respecto a otros hormigones ligeros para uso estructural, ya que éstos (con menos de 2.000 kg/m3) suelen tener carencias en cuanto a resistencia y durabilidad para soportar cargas estructurales de las edificaciones.
Eva María Sánchez incidió en que el hormigón ligero obtenido en este proyecto “supera la resistencia a compresión de 25 megapascales a 28 días, el límite que marcan las legislaciones de la Unión Europea y Estados Unidos”.
Adicionalmente, señaló que el material ha conseguido “muy buenos resultados, por encima de los esperados, en durabilidad, gracias a que su baja porosidad lo hace menos vulnerable al agua y otros agentes nocivos”.
Fuente e imagen: Universidad Politécnica de Cartagena
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