- Una de las conclusiones de su tesis parte de la premisa de que la acumulación de microplástico en el medio marino expone a sus habitantes a la ingesta accidental de plástico, especialmente a los organismos planctívoros.
- Entre las variables analizadas, prestó atención al color de los plásticos, deduciendo una relación directa entre el tiempo de exposición al medio marino, la decoloración y la fragmentación, especialmente destacable en piezas blancas y de tonalidades claras.
- Si bien se ha observado con frecuencia que la forma de plástico dominante en el medio marino es del tipo fibra, lo cierto es que la información disponible se presenta de manera muy dispersa, siendo difícil entender la magnitud de la abundancia de este tipo de contaminación emergente.
- En los mares de Groelandia y Barents, la circulación termohalina sufre un proceso de subducción hacia aguas más profundas que conduce a los desechos de plástico flotantes hacia un callejón sin salida en el océano Ártico.
Cerceda, a 12 de septiembre de 2019.- Elisa Martí Morales, una joven investigadora de la Universidad de Cádiz y adscrita al Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI-Mar), además de alumna de la Escuela de Doctorado EIDEMAR, indica en su tesis “Microplásticos en las aguas superficiales del océano global”, que ha sido calificada “cum laude”, que el Ártico es un callejón sin salida para los microplásticos y plantea un modelo para planificar políticas medioambientales.
Su trabajo se ha desarrollado en tres ejes fundamentales: ofrecer la primera imagen de la distribución de fibras en el ecosistema marino; analizar la magnitud y distribución de los microplásticos en el océano Ártico y el mar Rojo, y establecer un indicador ecológico del riesgo de hallazgo y consumo de plásticos por los organismos marinos; información que podría ayudar a conocer la vulnerabilidad de los ecosistemas y guiar así las estrategias medioambientales.
El estudio ha sido considerado como uno de los más destacados entre la producción científica vinculada a CEI·Mar y desarrollado en la Universidad de Cádiz durante este año.
LA GAMA DE COLORES, A EXAMEN
Una de las variables elegidas en este trabajo ha sido el color de los plásticos, incluyendo el análisis de la tonalidad de más de ocho mil piezas de plástico flotantes recogidas en todo el mundo, usando para ello una paleta de 120 códigos de color.
Los resultados obtenidos han mostrado una relación directa entre el tiempo de exposición al medio marino y la decoloración y la fragmentación, especialmente destacable en piezas blancas y de tonalidades claras.
Ha observado una gran representación de colores amarillos y marrones, probablemente asociados a procesos de oxidación, así como un aumento de plásticos de color azul en aguas superficiales oceánicas; resultado que podría estar relacionado con una menor detección de dicho color por los depredadores visuales, a menudo consumidores accidentales de plástico flotante.
Si bien se ha observado con frecuencia que la forma de plástico dominante en el medio marino es del tipo fibra, lo cierto es que la información disponible acerca de esta tipología particular de plástico se presenta de manera muy dispersa, siendo difícil entender la magnitud de la abundancia de este tipo de contaminación emergente.
La investigadora ha recopilado más de mil mediciones de concentración de fibras procedentes de la superficie oceánica, de la columna de agua y del sedimento, así como de los ambientes circundantes (aire, costa, ríos y aguas residuales). La armonización de esta información ha proporcionado la primera imagen de distribución de fibras en el ecosistema oceánico, con concentraciones que aumentan progresivamente del aire al océano y hacia los sedimentos, y que señala al océano profundo como sumidero último de fibras sintéticas.
EL ÁRTICO, UN CALLEJÓN SIN SALIDA PARA LOS PLÁSTICOS
Además, ha realizado muestreos intensivos en el océano Ártico y en el mar Rojo para conocer la magnitud y distribución de los residuos de plástico en estas áreas. Las aguas superficiales del océano Ártico revelaron concentraciones de plástico relativamente altas en las zonas más septentrionales y orientales de los mares de Groenlandia y Barents. Esta acumulación parece deberse principalmente al transporte de residuos flotantes desde el Atlántico Norte a través de la rama polar de la circulación termohalina.
En los mares de Groelandia y Barents, la circulación termohalina sufre un proceso de subducción hacia aguas más profundas que conduce a los desechos de plástico flotantes hacia un callejón sin salida en el océano Ártico.
Una de las conclusiones de esta tesis parte de la premisa de que la acumulación de microplástico en el medio marino expone a sus habitantes a la ingesta accidental de plástico, especialmente a los organismos planctívoros.
La evaluación del estado actual de los mares y océanos a través de la ratio plástico plancton como un indicador ecológico podría servir para guiar políticas ambientales y anticipar impactos en la cadena trófica.
Fuente: CEIMAR (Campus de Excelencia Internacional del Mar)
Imagen: Pixabay
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