- Editorial del presidente de Sogama, Javier Domínguez, correspondiente al boletín corporativo de la Sociedad del mes de julio
Adentrados en pleno mes de julio, ya son muchos los que están disfrutando de sus vacaciones en la playa, el campo, la montaña o simplemente se han tenido que quedar en su casa por diversas circunstancias (lo que a todos nos ha pasado muchas veces).
Y esas tareas que hemos relegado todo el año para la época estival, como es el caso de leer, hacer ejercicio, visitar museos, disfrutar de la familia y de los amigos, también del picoteo en una terraza o del baile de una verbena, no tendrían sentido sin un entorno que las recree y las haga únicas, propiciando que pasen a formar parte de nuestro particular archivo de recuerdos, entre los que figuran estampas limpias, atractivas y agradables que bajo ningún concepto querríamos ensuciar.
Pero, lamentablemente, no todas las conductas humanas se guían por el civismo y no es extraño, sobre todo en lugares turísticos, ver tarrinas y palos de helados tirados por el suelo, al igual que papeles de golosinas, colillas, paquetes de tabaco, bolsas de pipas, latas de bebida y algún que otro resto de comida; residuos todos ellos que los servicios de recogida y limpieza municipal se afanan en recoger, a sabiendas de que, poco rato después, posiblemente se repita el mismo gesto por otras personas para las que el suelo de una calle, la arena de una playa o el agua del mar son su particular papelera o contenedor.
Algo tan sencillo como guardar el papel, el envase o la lata hasta encontrar el lugar correcto en el que depositarlo, parece traducirse para algunos en un esfuerzo desproporcionado del que desisten como si ello supusiese una afrenta a su integridad.
Son, por encima de todo, conductas reprochables que debemos frenar, y por una poderosa razón: porque habitamos en espacios compartidos en los que se debe garantizar la convivencia, pero también porque el turismo representa la primera actividad económica en muchos pueblos costeros, y la limpieza y el orden son atributos que cotizan al alza.
El relax jamás debe ir asociado a la desidia. Todos tenemos derecho a disfrutar de un entorno saludable, y todos tenemos la obligación de cuidarlo y protegerlo. El cumplimiento de las normas es la mejor garantía de la convivencia armoniosa: nada al suelo y todo por el planeta en el que vivimos.
Feliz verano, sostenible.
Presidente
Javier Domínguez Lino